LONDRES, Reino Unido (EA) — El número de ejecuciones en 2024 alcanzó su nivel más alto en casi una década, registrando 1,518 casos, según el informe anual de Amnistía Internacional (AI) publicado este martes. Irán, Irak y Arabia Saudita lideraron las cifras, representando el 91 % de las ejecuciones registradas en todo el mundo.
La organización de derechos humanos con sede en Londres destacó un aumento del 32 % en las ejecuciones globales respecto al año anterior. Irán se posicionó como el mayor responsable, con 972 ejecuciones documentadas, lo que representa el 64 % de los casos conocidos. Arabia Saudita duplicó su cifra en comparación con 2023, alcanzando 345 ejecuciones, mientras que Irak cuadruplicó las suyas, reportando 63 casos.
El informe revela que delitos relacionados con drogas constituyen más del 40 % de las ejecuciones globales, una práctica considerada ilegal bajo el derecho internacional, que limita la pena capital a los crímenes más graves. Amnistía Internacional denunció que países como China, Singapur, Irán y Arabia Saudita recurren con frecuencia a esta medida, utilizándola como una herramienta de control social y político.
Además, AI señaló que algunos gobiernos instrumentalizan la pena de muerte para silenciar disidentes y castigar minorías étnicas y religiosas. Arabia Saudita fue acusada de usar ejecuciones para reprimir a la minoría chiíta, mientras que Irán continuó aplicando esta medida contra manifestantes, incluyendo participantes del movimiento “Mujer, vida, libertad”.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, reiteró la postura de la organización en contra de la pena capital: “La pena de muerte es un crimen atroz que no tiene cabida en el mundo actual. Aquellos que la practican representan una minoría cada vez más aislada”.
Por otro lado, el informe destaca una tendencia hacia la abolición de esta práctica. En 2024, solo 15 países aplicaron la pena de muerte, la cifra más baja registrada hasta ahora. Actualmente, 145 países han abolido esta medida o ya no la aplican, marcando un avance hacia la erradicación total de la pena capital.
AI también advirtió sobre retrocesos en algunas naciones. Maldivas, Nigeria y Tonga consideran reintroducir la pena de muerte para delitos relacionados con drogas, mientras que la República Democrática del Congo y Burkina Faso han anunciado planes para restablecer ejecuciones por delitos comunes.
En Estados Unidos, 25 personas fueron ejecutadas en 2024, una cifra ligeramente superior a la del año anterior, pero que muestra una tendencia sostenida en comparación con otros países.
A pesar de los avances hacia su abolición, el informe de Amnistía Internacional subraya que la pena de muerte sigue siendo utilizada como herramienta de represión y control, especialmente en países donde el secretismo impide un escrutinio internacional. “Es imperativo que continuemos luchando contra esta práctica y promoviendo la justicia para todas las personas”, concluyó Callamard.