Expertos recomiendan un cambio en el estilo de vida que puede marcar la diferencia en los niveles de glucosa, ayudando a mantener un equilibrio crucial para la salud general.
Mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los rangos normales es esencial para la salud a largo plazo. El descontrol de la glucosa puede generar complicaciones graves, como enfermedades cardíacas, problemas renales y daño a los nervios. Afortunadamente, un cambio en los hábitos diarios puede hacer una gran diferencia en la regulación de la glucosa, y uno de los hábitos más recomendados por los expertos es realizar ejercicio físico de manera regular.
¿Por qué el ejercicio es clave?
El ejercicio no solo ayuda a controlar el peso corporal, sino que también mejora la sensibilidad a la insulina, lo que permite que el cuerpo utilice la glucosa de manera más eficiente. La actividad física, ya sea caminar, correr, nadar o practicar yoga, permite que las células del cuerpo absorban la glucosa con mayor facilidad, lo que previene los picos de azúcar en sangre.
De acuerdo con la Dra. Marta González, endocrinóloga y especialista en diabetes, “hacer ejercicio al menos 30 minutos al día puede reducir significativamente los niveles de glucosa en sangre, incluso en personas con prediabetes o diabetes tipo 2”. Los beneficios del ejercicio no solo se notan a corto plazo, sino que, con el tiempo, esta práctica regular puede ayudar a prevenir la aparición de enfermedades relacionadas con la diabetes.
Una rutina accesible para todos
El buen hábito no tiene que ser complicado ni costoso. Los expertos sugieren que actividades simples como caminar al menos 5 días a la semana, subir escaleras o realizar ejercicios de bajo impacto pueden ser igualmente efectivas. Además, realizar actividades en grupo o con amigos puede ser una forma divertida de mantenerse motivado.
Más allá del ejercicio: un enfoque integral
Aunque el ejercicio es fundamental, los especialistas recomiendan complementarlo con una dieta equilibrada, baja en azúcares refinados y rica en fibras, frutas y verduras. Asimismo, es importante mantener un estilo de vida libre de estrés y dormir lo suficiente para ayudar a mantener el balance hormonal y la función metabólica.
Adoptar el hábito de realizar ejercicio regularmente es uno de los cambios más sencillos y efectivos que se pueden hacer para mejorar los niveles de azúcar en sangre. Incorporar esta práctica diaria no solo es crucial para la salud de las personas con diabetes, sino para cualquier individuo que busque mejorar su bienestar general y reducir riesgos a largo plazo. Como señalan los expertos, la clave está en la constancia y en realizar pequeños cambios que sumen a una vida más saludable.