LIMA (EA) — Mario Vargas Llosa, autor clave del boom latinoamericano y premio Nobel de Literatura, murió este domingo en Lima a los 89 años, según informaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana en un comunicado. El escritor peruano, nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, falleció tras una trayectoria de más de seis décadas dedicada a la literatura y al pensamiento público.
Reconocido por novelas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo, Vargas Llosa fue también un influyente ensayista y figura política, cuyas posturas liberales lo mantuvieron en el centro del debate público hasta el final de su vida.
La familia informó que no habrá ceremonia pública y que sus restos serán incinerados, de acuerdo con su voluntad. “Esperamos que encuentren consuelo en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, escribieron sus hijos.
http://https://x.com/alvarovargasll/status/1911575930884997187?s=48
Una despedida anunciada
Vargas Llosa publicó su última novela, Le dedico mi silencio, en octubre de 2023, una despedida explícita de la ficción. Dos meses después, cesó su colaboración quincenal con el diario El País, poniendo fin también a su carrera como columnista. Estos pasos fueron interpretados como un cierre consciente de su trayectoria pública.
Desde su debut literario con Los jefes en 1959, no dejó de escribir. El reconocimiento máximo llegó en 2010, cuando recibió el Nobel de Literatura. La Academia Sueca lo premió “por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. En ese momento, acababa de concluir El sueño del celta, una novela sobre el colonialismo y la explotación del caucho en el Congo.
Narrador de dictaduras y del Perú
Su novela La fiesta del Chivo (2000) —una radiografía de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana— fue una de sus últimas obras ampliamente reconocidas. Con ella se sumó a la tradición de escritores latinoamericanos que retrataron regímenes autoritarios, como Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Asturias y Augusto Roa Bastos.
El cuestionamiento al autoritarismo también marcó su visión sobre el Perú. Conversación en La Catedral, publicada en 1969, comienza con una frase que se volvió emblema nacional: “¿En qué momento se jodió el Perú?”. Escrita ya como autor profesional, fue impulsada por el apoyo económico de su agente Carmen Balcells, quien lo convenció de mudarse a Barcelona y dedicarse exclusivamente a la escritura.
Del boom a la política
Vargas Llosa fue parte esencial del boom latinoamericano, movimiento que lo posicionó entre los grandes narradores del continente. La ciudad y los perros (1963), inspirada en su experiencia en el Colegio Militar Leoncio Prado, marcó el inicio de una trayectoria literaria que lo llevó a vivir en ciudades como París, Londres y Madrid.
Su vida estuvo cruzada también por la política. En 1990 fue candidato presidencial en Perú y perdió en segunda vuelta frente a Alberto Fujimori. Aquella experiencia marcó profundamente su obra El pez en el agua, donde narra, en capítulos alternados, su formación literaria y su incursión fallida en la política.
Un liberal polémico
En los años 70 rompió públicamente con el régimen cubano tras el caso Padilla, y desde entonces adoptó una postura liberal en lo político y económico. Influenciado por pensadores como Popper, Berlin y Aron, defendió el libre mercado y la democracia representativa, una combinación que lo distanció de muchos de sus colegas del boom.
Su ideología liberal —crítica tanto del autoritarismo como del colectivismo— le valió tanto admiración como controversia. En Tiempos recios (2019), una de sus últimas novelas celebradas, revisó el golpe de Estado contra Jacobo Árbenz en Guatemala, condenando la intervención estadounidense pero también reconociendo el impacto de ese hecho en la radicalización posterior de la Revolución Cubana.
Entre la literatura y la vida pública
Además de novelista, Vargas Llosa fue un prolífico ensayista, articulista y académico. En 1996 ingresó a la Real Academia Española, y en 2021 se convirtió en miembro de la Académie Française, siendo el primer autor en ser admitido sin haber escrito en francés. “Yo aspiraba secretamente a ser un escritor francés”, dijo en su discurso de ingreso.
En el terreno personal, protagonizó relaciones que desafiaron las convenciones. Se casó primero con su tía Julia Urquidi y luego con su prima Patricia Llosa, madre de sus hijos. En 2015 inició una relación pública con Isabel Preysler, que terminó en 2022.
Una vida sin estatua
Pese a los múltiples galardones —entre ellos el Cervantes, el Princesa de Asturias y el Planeta—, Vargas Llosa solía afirmar que su objetivo era no convertirse en estatua. Su deseo era seguir siendo parte del debate. En su discurso del Nobel, sostuvo que “las mentiras de la literatura se vuelven verdades a través de nosotros, los lectores transformados”.
“Escribir, leer y soñar son la forma más eficaz de resistir a la mediocridad de la realidad”, dijo. Para él, la literatura era una forma de libertad, no de evasión. Así vivió y así escribió, hasta el final.