A pesar de que son lugares al aire libre, las visitas a la playa en esta temporada de Semana Santa significan uno de los riesgos para que Oaxaca repunte nuevamente en sus cifras de contagios y defunciones por COVID-19.
“No es porque por el agua de mar se vayan a contagiar, la transmisión del SARS-CoV-2 es de persona a persona y es un riesgo para la población acudir a vacacionar a las playas porque el resultado se verá reflejada siete o 14 días después”, advirtió la jefa de la Unidad de Epidemiología de los Servicios de Salud de Oaxaca, Yuko Nakamura López.
El problema es que las personas que acuden a las playas a vacacionar relajan las medidas de protección, como el uso de cubrebocas para comer, nadar o gritar, lo que da pie a expulsar las gotículas que transmiten éste o cualquier otro virus, además que casi nadie cuida respetar el distanciamiento físico, sobre todo si hay aglomeraciones.
El primer pico de contagios durante la pandemia lo experimentó Oaxaca entre el final del mes de junio y el inicio de julio, con mil 400 personas que reportaron iniciar síntomas en una semana, pero en enero se tuvo un segundo pico todavía más alto, con hasta 2 mil 40 personas que enfermaron en una semana.
“Significa que se contagiaron 15 días previos, entre la Navidad y el año nuevo”, por lo que ahora “estamos a la expectativa de qué va a pasar con esta Semana Santa que acude mucha gente a la playa”, recalcó.
Son las y los jóvenes quienes “desafortunadamente dicen no me va a pasar nada y mi abuelita o abuelito ya está vacunado”, pero recordó que en Oaxaca sólo se han aplicado la primera de dos dosis a una quinta parte de la población mayor de 60 años.
El riesgo de contagio, insistió, es para la familia.
“Una persona que va a la playa puede enfermar de manera leve, pero el virus lo vamos a llevar a casa y nuestra mamá, papá, abuela o abuelo son quienes pueden enfermar de manera grave”.
En las últimas semanas Oaxaca logró descender del pico más alto de la pandemia que se experimentó en enero, lo que dio pie a la reducción del riesgo de alto a moderado con el cambio en el color de semáforo epidémico que a partir de este lunes está en amarillo.