Pochutla muere de sed
No es por intrigar, pero uno de los deberes de cualquier autoridad municipal es dotar de agua potable a la comunidad que representa. Asi lo dispone el sexto párrafo del artículo 4º, en relación con el inciso a) de la fracción III del diverso numeral 115, ambos de la Constitución Federal.
No es culpa de Saimy Pineda Velasco que los ríos que abastecen de agua a los hogares de San Pedro Pochutla agonicen, lo que sí es su responsabilidad es prever tal situación, anticiparse a la crisis.
A la presidenta municipal y al titular del Sistema de Agua Potable de esa demarcación les pasó como la moraleja del sapo y la carreta: a la mitad del sendero el anfibio exclamaba: ‘esa carreta que viene ahí me va a machucar’, pero no se movía, ‘esa carreta que viene ahí me va a aplastar’, pero no se apartaba del camino; al final: ‘esa carreta que viene ahí’… ¡puaj! Lo apachurró.
Ahora, en medio de la angustia por el recorte en el suministro del vital líquido, la alcaldesa plantea hacer un recorrido por dichos afluentes en compañía de los representantes de barrios y colonias para constatar el nivel de las aguas. Una inútil y tardía medida, por decir lo menos.
A los concejales y a los funcionarios del ramo les urge un plan de ahorro de agua, una estrategia que parta del conocimiento puntual de la situación sobre la escasez que enfrentan, pero tal parece que ‘ven el temblor y no se hincan’.
El dieciocho de noviembre pasado, la periodista Patricia Pacheco, corresponsal del diario Noticias Voz e Imagen de Oaxaca, reveló que más del 40 por ciento de las tomas de agua son clandestinas.
La calamidad no termina ahí, del total de usuarios registrados, unos 6 mil 314, alrededor del 15 por ciento paga regularmente por el servicio. En tanto, las autoridades llevan por lo menos 6 meses haciendo un diagnóstico de una red obsoleta que data de hace más de 40 años.
La incompetencia de la autoridad municipal para enfrentar la contingencias salta a la vista, porque si en noviembre, como lo reportó la comunicadora, Saimy Pineda Velasco informó a los representantes de barrios y colonias del análisis y recorrido por las dos rutas de captación hacia las localidades de Xonene y Pluma Hidalgo, queda claro que ya sabía de la crisis que se avecinaba y no hizo nada.
La informadora, dio cuenta en su reportaje del escandaloso ‘huachicoleo’ del vital líquido, pero la falta de compromiso de la alcaldesa le hizo ignorar su propia y cara advertencia, que “durante los últimos años se ha incrementado de forma exagerada la cantidad de personas que se conectan a la red de forma irregular, al grado de que los datos arrojan que de los 25 mil habitantes del casco solo se encuentran registrados seis mil 314 usuarios, la mayoría ‘domésticos’ y se estima que existen alrededor de cuatro mil 500 tomas clandestinas, lo que significa que en un cálculo conservador, suponiendo que solo hubiera 10 mil 814 tomas, el 416 por ciento son irregulares”.
Mientras los pochutlecos padecen este agobiante estiaje, el Sistema de Agua Potable está al borde de la quiebra, porque durante los tres años de la pasada administración solo recaudó dos millones de pesos, “lo que contrasta radicalmente con los gastos de operación del sistema, que anualmente ascienden a ocho millones 288 mil pesos”, de ahí que la investigación periodística precitada apunte “que el sistema no es autofinanciable”
Así que a los habitantes de este municipio costero solo les quedara padecer un trienio aciago, porque Pochutla continuará siendo, por cortesía de su presidenta municipal de extracción morenista, ¡un pueblo sin ley y sin agua!