Pero qué necesidad había de que oaxaqueños se levantaran contra oaxaqueños, que sujetos armados con piedras, palos, cohetones y hasta armas de fuego, cargaran violentamente contra mujeres, niños y ancianos la noche de ayer en el crucero de las discordias.
La visión simplista del conflicto apuntaría a que ¡lo merecen! Pero eso no es lo que los oaxaqueños hemos aprendido, los originarios de este suelo hemos encontrado que hay margen para el entendimiento.
A nadie le aprovecharía emular la barbarie, menos aún festinar la confrontación. Bien lo dijo Heródoto en el siglo V antes de Cristo, “que ningún hombre es tan necio como para desear la guerra y no la paz”.
Con todo, el primer relato sobre la humanidad se escribió para evitar que se pierda lo que los hombres han sido; y por esa razón, la historia de nuestra sociedad no solo ha sido un relato de sangre y muerte, sino de triunfo, honor y civilización.
Muchos desprecian a la vieja política, al oficio que se apoya en el principio de “ceder y conceder”, porque sencillamente adolecen de la capacidad de persuasión, más aún de negociación.
Atrás quedó la comprensión de la psicología humana, la facultad de inteligir las acciones de los líderes políticos o sociales. Ahora, campea a sus anchas la improvisación, la desesperación, el cinismo, el ¡dame dinero! ¡no tengo!
Algunas mentes calenturientas culpan -sin pruebas- al Gobierno de haber urdido este ataque a través de un grupo de choque, de agazaparse en la penumbra para dejar hacer y dejar pasar. Si así fue, sería muy grave, porque es levantar a hermanos contra hermanos; pero eso no lo sabemos con certeza.
Lo único cierto es que, los abusivos cansan y deben ser reducidos con apego a la ley antes de que nos terminen matando con sus locuras.
En Oaxaca, ya no es novedad que la policía llegue “ya que terminó el pleito”, son como los zopilotes caen sobre le cadáver. Debiera ser distinto pero esa es nuestra triste realidad
Y a todo esto… ¿dónde estaba Josías Ramos Ruiz mientras su gente era tundida a palos? ¿en qué casa “non santa” departía mientras su gente se la rifaba para salvar el pellejo?
Reportes periodísticos confirman que, una vez mas las victimas de la tremenda paliza fueron traídos con engaños por los lideres del Consejo de Comunidades Indígenas de la Sierra (COCISS) para bloquear la carretera, pero en esta ocasión ese atrevimiento estuvo a punto de costarles la vida.