WASHINGTON (EA) — Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y SpaceX, calificó de “imbécil” y “tonto de remate” a Peter Navarro, exasesor comercial de la Casa Blanca durante el mandato de Donald Trump, tras desacuerdos sobre la política arancelaria y la producción automotriz en Estados Unidos.
Las declaraciones del magnate surgieron en respuesta a una entrevista de Navarro con CNBC, en la que el exfuncionario cuestionó la legitimidad de Tesla como fabricante de automóviles, argumentando que la empresa solo ensambla vehículos con piezas importadas de Asia. “No es un fabricante de automóviles, es un ensamblador”, dijo Navarro. “Lo que queremos, y aquí es donde tenemos puntos de vista diferentes con Elon, es que se fabriquen neumáticos y motores en Estados Unidos”.
En un video publicado poco después, Musk respondió con dureza: “Navarro es realmente un imbécil. Lo que dice aquí es falso y es fácil de demostrar”. También aseguró que Tesla es el fabricante de automóviles con mayor contenido estadounidense entre todas las marcas, contradiciendo las afirmaciones del exasesor.
Musk contra los aranceles de Trump
El enfrentamiento refleja las diferencias de fondo entre Musk y Navarro sobre la política comercial implementada por la administración Trump. Según The Washington Post, el empresario se ha convertido en una de las voces más críticas dentro del círculo cercano del expresidente, especialmente por los aranceles anunciados recientemente contra socios comerciales estratégicos.
El medio informó que Musk incluso habló directamente con Trump para intentar persuadirlo de revertir las medidas proteccionistas, sin éxito hasta ahora.
Navarro, considerado uno de los principales arquitectos de la política arancelaria de Trump durante su primer mandato (2017-2021), defendió en múltiples ocasiones los impuestos a las importaciones como un mecanismo para fortalecer la industria estadounidense. Musk, por el contrario, ha argumentado que esas barreras encarecen los costos de producción y perjudican a fabricantes como Tesla, que requieren una cadena de suministro global.
Cuestionamientos a la credibilidad de Navarro
Musk también se burló del historial de Navarro, recordando que durante el gobierno de Trump fue descubierto por citar en sus libros a un experto ficticio llamado Ron Vara, un nombre que resulta ser un anagrama de su propio apellido. “Navarro debería preguntarle a ese falso experto que se inventó, Ron Vara”, dijo el empresario en tono irónico.
La figura de Ron Vara fue utilizada en diversas publicaciones académicas firmadas por Navarro como un supuesto especialista en comercio, pero investigaciones de medios estadounidenses revelaron que el personaje era una invención del propio autor para respaldar sus tesis.
El episodio contribuyó a desacreditar al exasesor entre sectores académicos y económicos, aunque Navarro mantuvo influencia dentro de la administración Trump hasta el final del mandato.
Tensiones en el entorno político
Las fricciones entre Musk y Navarro se producen en medio de reportes sobre crecientes tensiones entre el empresario y otros miembros del círculo cercano de Trump. Musk, quien fue designado como asesor de la llamada Comisión de Eficiencia Gubernamental, ha propuesto reducir o eliminar secciones completas del gobierno federal, lo que ha generado resistencia entre varios funcionarios.
A pesar del respaldo que Musk ha recibido del expresidente, fuentes cercanas a la campaña republicana señalaron que Trump ha comenzado a considerar una eventual salida del empresario de su rol asesor. “Algún día tendrá que retomar las riendas de Tesla”, habría comentado recientemente, en referencia a la caída en ventas y la depreciación de la acción de la compañía.
La alianza entre Musk y Trump, que parecía sólida al inicio del segundo intento presidencial del exmandatario, enfrenta ahora desafíos por las diferencias sobre comercio, manufactura y el rol del Estado en la economía.
Tesla y la producción nacional
Uno de los puntos centrales del debate es el papel de Tesla en la economía estadounidense. Mientras Navarro insiste en que la empresa depende en exceso de insumos extranjeros, Musk sostiene que sus fábricas —particularmente la ubicada en Fremont, California— utilizan componentes mayoritariamente producidos en territorio nacional.
Estudios de terceros han corroborado en parte esta afirmación: Tesla ha liderado en años recientes los rankings de contenido nacional en sus modelos eléctricos, por encima de firmas tradicionales como Ford o General Motors.
No obstante, expertos señalan que la cadena de suministro global de la industria automotriz hace difícil establecer una línea clara entre “hecho en EE. UU.” y “ensamblado en EE. UU.”, un punto que suele ser manipulado en debates políticos.
Un choque con ecos electorales
El enfrentamiento verbal entre Musk y Navarro ocurre mientras se perfilan las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Trump busca regresar a la Casa Blanca. Musk, aunque no ha declarado públicamente su apoyo a ningún candidato, ha intensificado su participación en temas políticos y económicos en los últimos meses.
La disputa también ilustra las contradicciones internas del movimiento conservador estadounidense, que oscila entre una agenda proteccionista y una visión de libre mercado impulsada por figuras como Musk.
Mientras tanto, la política arancelaria de Trump sigue generando división, tanto dentro de su partido como entre líderes empresariales que advierten sobre sus efectos negativos en la competitividad global de Estados Unidos.
Aunque el cruce de declaraciones entre Musk y Navarro podría parecer anecdótico, revela un conflicto más profundo sobre el rumbo económico del país y las prioridades en materia de industria, comercio y tecnología.