OAXACA, Oaxaca (EA) — El muro fronterizo entre Estados Unidos y México, construido durante el primer mandato del actual presidente Donald Trump para frenar el flujo migratorio, también está impactando negativamente a la fauna silvestre. Especies como osos negros, venados, pumas y pavos salvajes ven impedidos sus movimientos naturales para buscar alimento y reproducirse, lo que podría provocar una disminución de sus poblaciones.
Un estudio realizado por las organizaciones Sky Island Alliance y Wildlands Network, entre agosto de 2022 y julio de 2024, publicado en noviembre pasado, reveló que el muro ha reducido los cruces de vida silvestre en un 86% en la región conocida como Islas del Cielo, una de las áreas más biodiversas de Norteamérica, que abarca la frontera entre Arizona, Estados Unidos, y Sonora, México.
Entre 2017 y 2020, Estados Unidos construyó más de mil kilómetros de barreras de acero y 169 kilómetros de barreras para vehículos, fragmentando el hábitat natural de al menos 20 especies terrestres. Los investigadores instalaron 36 cámaras trampa a lo largo de 163.5 kilómetros de la frontera entre Arizona y Sonora, recopilando y evaluando casi 13 mil videos que mostraron que solo el 9% de los animales lograron atravesar los postes, separados por 10 centímetros y de nueve metros de altura.
El estudio indica que se observaron 9,240 eventos, incluidos 1,920 cruces exitosos. Todas las especies focales lograron cruzar a través de barreras de vehículos, excepto los venados cola blanca y bura, el oso negro americano, el tejón americano, el pavo salvaje y el puma, que no pudieron hacerlo. La investigación “El muro fronterizo entre Estados Unidos y México impide el movimiento de la vida silvestre”, publicada en Frontiers, detalla estos hallazgos.
Aunque se construyeron pequeños accesos para la fauna, de aproximadamente 21.5 por 27.8 centímetros, para facilitar el movimiento de especies en peligro de extinción como los ocelotes, tejones americanos, pecaríes de collar, coyotes y pumas, los investigadores denunciaron que estos pasos son insuficientes. Identificaron solo 13 accesos a lo largo de 130 kilómetros de muro continuo, que no permiten el paso de osos negros americanos, venados cola blanca y pavos salvajes.
“Se deben instalar más aberturas y de mayor tamaño para ayudar a la vida silvestre a acceder a alimento, agua, refugio y pareja”, señaló Eamon Harrity, gerente del programa de vida silvestre de Sky Island Alliance, en un comunicado.
Los autores del estudio solicitan investigaciones adicionales para comprender mejor los impactos de las barreras fronterizas y desarrollar estrategias de conservación efectivas. Myles Traphagen, coordinador del Programa Borderlands de Wildlands Network, destacó que, en un clima cambiante, los animales necesitan más espacio para sobrevivir. “Permitir que la vida silvestre tenga más libertad para moverse no es solo una ciencia sólida para preservar la biodiversidad, sino también un imperativo moral”, afirmó.