En el mes de octubre, la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, ha sido escenario de diversos homicidios dolosos que han conmocionado a la población. La violencia ha cobrado la vida de múltiples personas, tanto hombres como mujeres, en distintos municipios de la región. Estos actos de violencia, que parecen no cesar, han dejado un saldo trágico de víctimas en varias localidades, entre ellas Salina Cruz, Juchitán, San Blas Atempa y Matías Romero.
El pasado 19 de octubre, en Juchitán de Zaragoza, fue hallado el cuerpo sin vida de un hombre conocido como “El Jarocho”, un guitarrista local, con un impacto de bala en la cabeza. Este crimen se registró cerca del paraje “Pepe y Lolita”, generando consternación en la comunidad. Un día antes, el 18 de octubre, en un basurero clandestino de San Blas Atempa, fue encontrado el cadáver de un hombre con visibles signos de tortura y múltiples impactos de bala, aumentando la tensión en la zona.
El 16 de octubre, se registraron dos incidentes violentos. En Juchitán, un joven de 15 años fue baleado frente a una tienda, quedando gravemente herido y siendo trasladado a un hospital. Ese mismo día, en La Ventosa, una mujer fue asesinada de un disparo en la cabeza mientras atendía su negocio de comida, en un acto que dejó conmocionados a los habitantes de la localidad.
El 14 de octubre, en Jalapa del Marqués, un hombre conocido como “La Betota” fue encontrado maniatado y con heridas de bala, en el paraje denominado Casa Blanca. En Juchitán, otro hombre fue hallado sin vida y con un tiro de gracia en la cabeza, sumándose a la lista de homicidios en el Istmo durante este mes.
Además, el 11 de octubre, un joven de 23 años fue ejecutado a balazos en Matías Romero, mientras que el 10 de octubre, en Juchitán, un vendedor de pescado fue asesinado con armas de alto calibre en plena vía pública. La violencia, que no distingue edades ni género, ha dejado profundas heridas en la región.
En lo que va del mes de octubre, se han contabilizado más de una docena de homicidios en distintos municipios del Istmo, destacándose Juchitán, Matías Romero y San Blas Atempa como los principales focos de violencia. Las víctimas incluyen tanto hombres como mujeres, cuyas vidas fueron arrebatadas en circunstancias violentas. Las autoridades continúan con las investigaciones, pero hasta el momento no han logrado detener esta ola de homicidios que sigue afectando la tranquilidad de la región.