OAXACA, Oaxaca (EA) — En una entrevista para Estado Actual Versión Radio, el 22 de enero, Víctor López Leyva mencionó que posiblemente el peso de los aranceles del 25% que Trump estaba imponiendo a los productos mexicanos de exportación a Estados Unidos también recaería en el mezcal. Esta predicción se ha confirmado y, a partir de hoy 4 de marzo, ha entrado en vigor esta nueva ley, y el mezcal producido en Oaxaca ha estado sujeto a este incremento arancelario, lo que afecta directamente a todos los productos mexicanos de exportación, impactando el comercio exterior y la competitividad de diversas industrias.
Uno de los factores clave detrás de esta decisión es que el mezcal no cuenta con el reconocimiento oficial como bebida artesanal, lo que lo clasifica únicamente como un producto alcohólico. Esto ha llevado a que el arancel afecte tanto a los productos en proceso de exportación como a los que ya están en suelo estadounidense, afectando directamente su comercialización y encareciendo su precio para los consumidores.
La exportación ha sido una alternativa fundamental para los productores de mezcal, quienes ya enfrentan altos costos en el mercado nacional. Sin embargo, la imposición de estos nuevos aranceles pone en riesgo esta actividad, limitando su competitividad y afectando la economía de comunidades rurales oaxaqueñas.
López Leyva destacó la gravedad de la situación para los productores. “El mezcal es un orgullo de Oaxaca, pero este arancel nos pone en una situación crítica. Necesitamos estrategias para minimizar su impacto y proteger a nuestra industria”, señaló.
Analistas y empresarios han advertido que un arancel universal no solo afectará las exportaciones, sino también el crecimiento económico, el empleo, las inversiones, las remesas y el peso mexicano.
¿Cómo funcionan los aranceles?
No son otra cosa que un impuesto a los productos importados. Los paga el importador del país que aplica el arancel, en este caso, el importador estadounidense, cuando llega el producto extranjero a la aduana.
Como el importador tiene que pagar un precio más alto, habitualmente traspasa una parte de ese costo extra, o todo el costo adicional, a los consumidores estadounidenses.