En México, persisten desafíos significativos especialmente en el ámbito de la violencia de género. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021, el 70.1% de las mujeres de 15 años y más reportaron haber experimentado algún tipo de violencia.
En el estado de Oaxaca, la situación es particularmente preocupante, la violencia contra las mujeres se manifiesta de diversas formas, incluyendo violencia física, sexual, psicológica y económica. Las mujeres indígenas y rurales enfrentan barreras adicionales debido a factores culturales, económicos y geográficos que limitan su acceso a servicios de apoyo y justicia.
De acuerdo al informe 2024 sobre violencia contra las mujeres del Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (CELIG) de la Cámara de Diputados Federal, el año pasado 2,598 mujeres fueron víctimas de homicidio doloso, 829 presuntas víctimas de feminicio, dando un total de 3,427 muertes violentas de mujeres, lo que representa un aproximado de 9 mujeres asesinadas al día de forma violenta. Se reportó que los presuntos delitos de feminicidio en 10 años se ha incrementado 93%.
El mismo informe menciona que en 2024 se registraron 27,499 delitos de violencia familiar, 7,282 mujeres víctimas de lesiones dolosas, estas cifras las nombran como máximos historicos a nivel nacional. Los números subrayan la gravedad de la violencia de género en México. Además, se señala que en todas sus modalidades existen 6,616 denuncias de violencia de género, dando un aproximado de 18 casos al día, así como 21,484 reportes de violaciones.
La violencia de género en México sigue siendo una crisis urgente que afecta a miles de mujeres y niñas en el país. La impunidad sigue siendo un obstáculo importante, derivado a que la mayoría de los agresores no reciben castigos proporcionales a sus crímenes, lo que perpetúa la violencia y la falta de justicia.
A pesar de las reformas legales y los esfuerzos de la sociedad civil, la realidad es que muchas mujeres continúan enfrentando agresiones físicas, psicológicas, sexuales y económicas en su vida cotidiana.
Es fundamental que el gobierno y la sociedad refuercen las estrategias de prevención, fortalezcan las instituciones encargadas de impartir justicia y promuevan un cambio cultural que erradique la normalización de la violencia. Sin una respuesta contundente y efectiva, la violencia de género seguirá cobrando vidas y limitando el desarrollo de millones de mujeres en México.