Con el objetivo de informar y hacer conciencia en la población mundial sobre la obesidad, el 12 de noviembre de cada año se celebra el Día Mundial de la Obesidad, efeméride instituida por la OMS (Organización Mundial de la Salud) que tiene por objetivo informar y sensibilizar a la población sobre la necesidad de la adopción de medidas para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad. Esta organización define como obesidad cuando el IMC (índice de masa corporal, cociente entre la estatura y el peso al cuadrado de un individuo) es igual o superior a 30 kg/m². También se considera signo de obesidad un perímetro abdominal en hombres mayor o igual a 90 cm y en mujeres mayor o igual a 80 cm.
Desafortunadamente la mayoría de las personas que padecen sobrepeso u obesidad no le dan la importancia debida a este padecimiento y mucho menos a las enfermedades relacionadas: como síndrome metabólico, hipertensión, diabetes, dislipidemias e hígado graso, aun sabiendo que este problema aumenta constantemente y del lugar que ocupa México en la lista de países con mayor índice de obesidad.
“El individuo vive su obesidad y acepta estar cansado, tener dolores en el cuerpo, fatigarse al caminar, pero lo que no sabe es que su corazón, pulmones, hígado, riñones, huesos y articulaciones están afectados por el exceso de grasa”, destacó el Doctor Rafael Álvarez Cordero, especialista en obesidad y diabetes, y expresidente de la Federación Mundial de Cirugía de Obesidad IFSO, en el marco del Día Mundial contra la Obesidad.
Añadió: “aun así, su preocupación no es la obesidad, sino las limitaciones que sufre en su vida diaria: no se puede bañar bien, no cabe en los asientos del auto, no puede cruzar la pierna ni cortarse las uñas de los pies, no puede comprar ropa adecuada, etc., y por desgracia, esta tristeza aumenta al ser discriminado en todos lados, en la escuela, el trabajo y en la calle.”
Este hecho ha conllevado, como en otras épocas de la historia, una injusta culpabilidad del paciente con obesidad, que, aunque se ha intentado combatir racionalmente, persiste en buena parte de la sociedad actual.
El estilo de vida o el tipo de hábitos y costumbres que posee una persona, puede ser beneficioso para la salud. De ahí la importancia de que el individuo con obesidad conozca que con menos kilos tendrá más vida, que un programa inteligente para bajar de peso permitirá que sus órganos internos funcionen mejor, que la química de su organismo mejore, que se sienta más libre, que viva más y mejor.
“Por ello es que debemos enseñarle, orientarle y acompañarle en ese camino para perder peso sanamente, sin excesos o remedios mágicos, y de esta manera, pronto se dará cuenta que mientras menos kilos tenga su organismo, tendrá más vida y será más feliz”, puntualizó el Dr. Álvarez Cordero.
Cuando la alimentación es tu aliado
De modo que la alimentación es uno de los principales factores que favorecerían la disminución de los índices de obesidad, como decía Hipócrates “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”, famosa frase que hemos pasado por alto, señaló la Nutrióloga y Co-autora del Libro “Las 24 Nutriólogas de México”, Mónica Hurtado, quien agregó que los hábitos de alimentación son formados desde la infancia, pero pueden ser “re-aprendidos” en la adultez, solo es cuestión de querer-TE.
“Se sabe que los humanos guardamos cierta emoción con los alimentos, por eso es común que cuando te sientes triste o contento prefieres ciertos sabores. Es sencillo cuando aprendes a identificarlos, nunca es tarde” puntualizó la nutrióloga.
De acuerdo con la especialista podemos “re-aprender” los hábitos correctos en alimentación, tomando en consideración las siguientes preguntas:
¿Desayunas?
¿Comes 2 tazas de fruta diariamente y 3 tazas de verduras?
¿Bebes al menos litro y medio de agua natural?
¿Realizas al menos tres tiempos de comida al día?
¿Cambias el azúcar por algún sustituto de azúcar?
¿Eliges pan integral en lugar del blanco?
¿Eliges bísquet en lugar de concha con nata?
¿Pides café americano en lugar de chocolate?
¿Bebes agua en lugar de refresco?
Y por último, ¿caminas al menos 30 minutos de manera habitual?