Deficiencias en los servicios de salud, falta de prevención de violaciones a los derechos humanos y de atención en caso de detección, hacinamiento y sobrepoblación, son algunos de los puntos que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), observó del Centro de Reinserción Social (CERESO) número 4, ubicado en San Juan Bautista Cuicatlán.
El CERESO de Cuicatlán fue calificado con 5.25 y una tendencia a la baja en el mejoramiento de las condiciones de las Personas Privadas de su Libertad (PPL) que están en ese lugar.
El diagnostico expone que este centro no garantiza la integridad de las Personas Privadas de la Libertad, una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social, ni satisface las necesidades específicas dentro del lugar.
Abunda que hay deficiencias en la alimentación, de higiene en las instalaciones, en las áreas médicas e incluso hacen falta instalaciones necesarias para el funcionamiento del centro.
También señala que hay una falta de capacitación del personal penitenciario, de normatividad que rige al centro (reglamentos, manuales, lineamientos y disposiciones aplicables, su difusión y actualización), además de que el personal de seguridad y custodia es insuficiente.
Unos puntos a favor del centro, es que la CNDH observó una apropiada atención en la inexistencia de actividades ilícitas y de cobros de extorsión y/o sobornos.
Este diagnóstico se ha convertido en un mecanismo de prevención y de defensa, ya que ha dado paso a una herramienta que debe ser analizada a partir de sus resultados para obtener una actuación oportuna y eficaz, además han permitido alertar sobre la urgencia en la detección de factores de riesgo y la implementación de acciones y estrategias para mantener la operatividad y gobernabilidad de los centros.