La participación de las mexicanas en los campos de la ciencia y la tecnología ha sido históricamente baja, aunque en las últimas décadas se han logrado algunos avances, la subrepresentación femenina en disciplinas científicas y tecnológicas tiene consecuencias no solo para la equidad de género, sino también para el desarrollo y la innovación del país.
Las estadísticas muestran que las mujeres en el país continúan siendo una minoría en estos campos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020, las mujeres representaban solo el 28.3% de los trabajadores en el sector de la ciencia, la tecnología y la innovación en México. Esta cifra es considerablemente más baja que la participación masculina, que alcanza el 71.7%. En el caso de los sectores específicos como las ciencias exactas y naturales, las mujeres representan solo el 31% de los investigadores, lo que subraya la escasa presencia femenina en las áreas más técnicas y avanzadas de la ciencia.
De acuerdo a la Secretaría de Educación Pública (SEP), en 2021, solo el 35% de los estudiantes que se graduaron de programas de ingeniería y ciencias aplicadas en universidades mexicanas fueron mujeres. Esto refleja un panorama desalentador respecto a la integración de mujeres en carreras tecnológicas, especialmente en aquellas relacionadas con la programación, la ingeniería y las matemáticas.
La UNESCO realizó un estudio en 2020, en América Latina, incluyendo México, en el que destaca que las mujeres que trabajan en áreas científicas y tecnológicas reportan que experimentan un 40% más de discriminación que sus contrapartes masculinas, especialmente en lo que respecta a oportunidades de promoción y liderazgoOtro reto importante es la falta de modelos a seguir.
De acuerdo con un informe del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), menos del 20% de los puestos de liderazgo en los campos científicos y tecnológicos están ocupados por mujeres. Esta escasa representación femenina en los puestos de poder y toma de decisiones limita las oportunidades de las nuevas generaciones de científicas y tecnólogas, quienes no cuentan con suficientes referentes femeninos en estos campos.
La inclusión de las mujeres en la ciencia y la tecnología es esencial para el desarrollo de México, ya que representa una fuente de innovación y crecimiento económico. Sin embargo, las mujeres en estos campos siguen enfrentando grandes desafíos, como la discriminación de género, la falta de referentes y la escasa representación en los puestos de liderazgo. La presencia de más mujeres en la ciencia y la tecnología no solo es una cuestión de equidad, sino también de progreso para todo el país.