- Al quedar abandonados a su suerte, los trabajadores, hombres y mujeres, y visitantes, fueron objeto de agresiones con palos, un disparo al aire e, incluso, la retención ilegal de un trabajador.
- La presión del grupo disidente, Nueva Conciencia Sindical, permitió rescatar al trabajador privado ilegalmente de su libertad, quien requirió atención médica al estar severamente golpeado.
La impune agresión a los trabajadores en Ciudad Administrativa puso de manifiesto, una vez más, la falta de coordinación entre los responsables de la gobernabilidad y la seguridad pública.
Integrantes del comité de la escuela primaria “Miguel Cabrera” y vecinos de Tlalixtac protestaron por la operación de un basurero clandestino ubicado a un costado de la institución educativa.
Los trabajadores al servicio del Poder Ejecutivo, al igual que ha ocurrido con los del Poder Judicial, quedaron en total estado de indefensión ante las agresiones de vecinos de Tlalixtac de Cabrera.
Se confirmó la falta de sensibilidad en materia de gobernanza para prevenir conflictos, al no atender la demanda de clausura de un basurero clandestino junto a una escuela primaria.
También se evidenció el desinterés de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores de los Poderes del Estado e Instituciones Descentralizadas de Carácter Estatal de Oaxaca por sus agremiados.
Al quedar abandonados a su suerte, los trabajadores, hombres y mujeres, y visitantes, fueron objeto de agresiones con palos, un disparo al aire e, incluso, la retención ilegal de un trabajador.
La presión del grupo disidente, Nueva Conciencia Sindical, permitió rescatar al trabajador privado ilegalmente de su libertad, quien requirió atención médica al estar severamente golpeado.
De ninguna manera se trata de un asunto menor, en virtud que el disparo pudo herir o matar a algún trabajador, además de que los trabajadores estuvieron retenidos por espacio de 9 horas.
Como era de esperarse las protestas de los trabajadores en contra del istmeño Pedro Castillejos Villalobos, dirigente del STPEIDCEO, no se han hecho esperar en las benditas redes sociales.
Cuidado, por un lado, con el Oaxaca bronco y, por otro, es obligado hacer un llamado a que tapen el pozo de la violencia antes que muera algún trabajador del Gobierno en Ciudad Administrativa.
Por alarmista que resulte este escenario de muerte, no es descartable, como resultado de la terca realidad, pues no es la primera ni la última protesta violenta en Ciudad Administrativa y Judicial.
Para evitar que esta agresión a trabajadores en Ciudad Administrativa quede impune, al igual que las anteriores, las autoridades ministeriales deben investigar la identidad de los agresores.
Como instigador del bloqueo y de las agresiones al frente de un grupo de taxistas, fue identificado presuntamente Miguel Santiago, integrante de un sindicato de transportistas en Tlalixtac.
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