Yolanda Montes, mejor conocida como Tongolele, ha fallecido a los 93 años, dejando un legado imborrable en el cine y la escena del cabaret en México. Su vida y trayectoria marcaron una época, consolidándose como una de las figuras más representativas del entretenimiento.
Originaria de Spokane, Washington, Tongolele llegó a México en 1947 y desde entonces su impacto en el mundo del espectáculo fue innegable. Su estilo singular, que combinaba movimientos sensuales con una presencia escénica arrolladora, la convirtió en un referente de la danza y el cabaret. Su debut en un show de variedades en Tijuana, Baja California, causó asombro y controversia, atrayendo tanto admiradores como críticas de sectores moralistas y religiosos, lo que paradójicamente impulsó su popularidad.
La actriz y vedette también se hizo un nombre en el cine de la época dorada, participando en diversas producciones icónicas como Nocturno de amor y ¡Han matado a Tongolele!, película que la catapultó en 1948. Su talento y carisma le aseguraron un lugar privilegiado en la industria cinematográfica y en la vida nocturna mexicana.
En sus últimos años, Tongolele se alejó de los reflectores debido a su lucha contra la demencia senil, una enfermedad neurodegenerativa que afectó su calidad de vida. La Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) emitió un comunicado lamentando su fallecimiento y expresando condolencias a sus seres queridos.
El escritor José Emilio Pacheco la mencionó en su novela Las batallas en el desierto (1980), destacando la fascinación y el misterio que rodeaban su figura. Asimismo, la revista Imágenes Estéticas de la UNAM ha subrayado su influencia en la redefinición de los roles femeninos dentro del arte y la sociedad en una época de restricciones para las mujeres.
Tongolele no solo conquistó los escenarios y la pantalla grande, sino que también allanó el camino para que futuras generaciones de mujeres incursionaran en el mundo del entretenimiento. Su legado permanecerá en la historia de la danza, el cine y la cultura mexicana.