CIUDAD DEL VATICANO (EA) — Las condiciones de salud del papa Francisco, hospitalizado desde hace una semana en el Gemelli de Roma con una neumonía bilateral, han mostrado ligeras mejoras. Sin embargo, en el Vaticano, los cardenales discuten la posibilidad de que el pontífice presente su renuncia.
El pontífice argentino ha abordado en varias ocasiones la posibilidad de renunciar, especialmente tras la histórica decisión de Benedicto XVI, señalando que “había abierto la puerta de los papas eméritos”. Aun así, Francisco ha insistido que la renuncia de un papa no debe convertirse en algo rutinario, subrayando que “el ministerio del Papa es ‘ad vitam’ (de por vida)”.
Aunque debe guardar reposo, Francisco ha continuado firmando documentos urgentes como renuncias y nombramientos de obispos. Gianfranco Ravasi, el ‘ministro’ de cultura, ha sido el primero en mencionar públicamente la posibilidad de una renuncia en varias entrevistas. Según él, Francisco podría renunciar “si tuviera dificultades graves para cumplir su servicio”, pero su deseo es “cumplir al menos el Jubileo”.
“Si tuviera serias dificultades para cumplir su servicio, tomará su propia decisión. Será él quien decida, por supuesto, tal vez pida consejo, pero la última palabra la evaluará por sí mismo, en conciencia”, explicó Ravasi en una entrevista reciente con el Corriere della Sera. Añadió que si Francisco se encontrara en una situación en la que su capacidad de comunicarse de manera inmediata e incisiva estuviera comprometida, “podría decidir dimitir”.
Cuando se le preguntó sobre el comentario de Ravasi en una rueda de prensa, el arzobispo de Marsella, el cardenal Jean-Marc Aveline, de 66 años, respondió: “Todo es posible, pero no sé nada al respecto”. Mientras tanto, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, de 78 años, afirmó: “No soy profeta ni adivino. En la Iglesia está todo previsto, la muerte y la renuncia. Ya lo hizo Benedicto. Yo no sé nada, no he hablado con él. No sé lo que hará el papa, pero invito a vivir el presente, acoger lo que venga, y nunca sentiremos miedo”.
El cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y cercano colaborador de Francisco, también expresó su opinión en una entrevista con varios diarios italianos. “No es respetuoso transmitir estos rumores. Que dimita o no dependerá de cómo se recupere el papa de su enfermedad. Él ya ha dicho que si deja de estar en condiciones, se irá. La decisión corresponde sólo a Francisco”.
Hollerich confía en que Francisco se recupere y está en buenas manos. Sin embargo, espera que, una vez recuperado, el papa dedique más tiempo a sí mismo, señalando que “todos necesitamos cuidarnos un poco más”.
Por otro lado, el cardenal Giovanni Battista Re negó cualquier hipótesis de dimisión en una entrevista con el diario La Repubblica: “El Papa se está recuperando bien, no estamos inventando cosas. No se debe hablar de dimisión, dentro de unos días volverá al Vaticano”. Como decano del colegio cardenalicio, Re también desmintió rumores sobre reuniones organizadas entre los cardenales.
A pesar de que la conversación no ha sido confirmada, el Corriere della Sera publicó un artículo que filtró una charla entre el papa y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, la única visita que ha recibido hasta ahora. Según el artículo, Francisco le dijo a Meloni: “Sé que alguno por ahí dice que ha llegado mi hora, ¡me están echando el mal ojo!”. Tras una de sus hospitalizaciones, el papa había dicho: “Cuando el papa está enfermo, soplan vientos de cónclave”.