Oaxaca de Juárez, Oaxaca. – De acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor, la inflación se aceleró a tasa anual del 8.62 por ciento en la primera quincena de agosto, por el repunte en los precios de los alimentos.
Esta variación es la más alta desde la segunda quincena de diciembre del 2000, y está por encima del pronóstico de los analistas, de 8.5 por ciento.
En comparación a la quincena inmediata anterior, el INPC presentó una aceleración de 0.42 por ciento, su mayor registro para un mismo periodo desde 1998.
Sobre el índice subyacente —que incluye los precios de los bienes y servicios cuyos valores son más estables y se dividen en mercancías y servicios—, este se ubicó en 7.97 por ciento anual, su variación más alta desde la segunda quincena de noviembre del 2000.
Respecto al indicador no subyacente —que comprende los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles y sobre los que la política monetaria no tiene incidencia, como los agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno—, este se ubicó en 10.59 por ciento anual, su nivel más alto desde la segunda quincena de diciembre pasado.
El componente de alimentos es al que más aporta al repunte inflacionario ya que alcanzó un registro de 14.54 por ciento anual.
Para Adriana García coordinadora de análisis económico de México, ¿cómo vamos?, las presiones más preocupantes en la inflación son en los alimentos y las bebidas.
“Lo que nos preocupa hoy, es que los precios de los alimentos siguen presentando una variación superior a la inflación anual, que ya de por sí es muy alta. Los alimentos y bebidas presentan una variación anual de casi 14 por ciento, muy superior al 8.52 de la inflación general”, explicó en entrevista para Estado Actual.
Expuso que, aún cuando “vemos que los datos de inflación se han ido deteriorando más conforme ha avanzado el año, pero continuamos creyendo que al final del años, a inicios del 2023, vamos a comenzar a percibir que la inflación comienza a bajar”.