La brecha digital persiste como una de las desigualdades más marcadas, afectando de manera desproporcionada a las mujeres en México. A pesar de los avances en conectividad y acceso a dispositivos, las cifras indican que las mujeres siguen enfrentando obstáculos significativos en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021, el 77.5% de la población mexicana de 6 años o más tenía acceso a internet, pero solo el 54.6% de las mujeres tenía acceso a la red, en comparación con el 61.3% de los hombres. Esta diferencia resalta una brecha de 6.7 puntos porcentuales, que se amplía en áreas rurales y comunidades marginadas.
Además, el uso de dispositivos móviles presenta un panorama igualmente preocupante. Según el mismo informe del INEGI, el 56% de las mujeres usaron un teléfono inteligente en 2021, en comparación con el 61% de los hombres. Este 5% de diferencia puede parecer pequeño, pero tiene implicaciones profundas en la capacidad de las mujeres para participar plenamente en la economía digital, acceder a servicios de salud y educación en línea, y estar informadas sobre sus derechos y oportunidades.
La brecha digital también se manifiesta en la alfabetización digital. Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2020 encontró que solo el 31% de las mujeres en México cuenta con habilidades digitales adecuadas, en comparación con el 39% de los hombres. Esta falta de competencias digitales limita las oportunidades de empleo y la capacidad de las mujeres para emprender en un mundo cada vez más digitalizado.
El impacto de la brecha digital se refleja en el ámbito laboral. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de 2022, las mujeres representaban el 43% de la población económicamente activa, pero solo el 29% ocupaba puestos en sectores relacionados con las TIC. Esto indica no solo una subrepresentación en un sector de alta demanda, sino también la falta de políticas públicas que fomenten la inclusión de las mujeres en estas áreas.
Para abordar la brecha digital de género en México, es fundamental implementar políticas públicas inclusivas que consideren las necesidades específicas de las mujeres. Esto incluye la creación de programas de capacitación en habilidades digitales, la promoción del acceso a internet en áreas rurales y la concienciación sobre la importancia de la tecnología en la vida cotidiana. Además, es esencial involucrar a las comunidades en la identificación de soluciones, asegurando que las voces de las mujeres sean escuchadas y tenidas en cuenta en el diseño de políticas.