Bis a bis
Dice el viejo y conocido refrán: si no ves burro no se te antoja viaje. En la coyuntura el presidente Andrés Manuel López Obrador ya se subió a la locomotora de la confrontación con el nuevo gobierno de los Estados Unidos.
Antojado, en principio, por la “sana distancia” que le ha dispensado la futura administración Biden, y luego, apurado por un arreglo de cara al retorno del establishment en Washington tras casi cuatro años de “trumpismo”, con el que vivió un tórrido romance, el mandatario mexicano se puso en ruta de coalición con la próxima administración demócrata.
En la mañanera de ayer, López Obrador le ordenó al canciller Marcelo Ebrard, hacer los trámites ante el Gobierno del Reino Unido para que Julian Assange, fundador de Wikileakes, acusado de poner en peligro la seguridad nacional de la Unión Americana, quede en libertad, y se le ofrezca asilo a nombre del Gobierno de México.
Como en política no hay sorpresas, solo sorprendidos. Para nada sorprende la arriesgada juzgada presidencial de provocar un choque de trenes con nuestro vecino del norte para conseguir una posición “bis a bis”, el único gran peligro que corre, como todo buen tozudo, es aquel que reza el mentado dicho: que es feo ver a alguien montado en su burro, pero es peor cuando los dos comparten el mismo burro.
Como una telenovela
De los creadores de: “El amor en tiempos de Covid”, llega: “Estas por palancas, te vas por creído”.
Las polémicas vacaciones de Hugo López-Gatell en pleno pico de la pandemia por Covid 19, y su consumada arrogancia, apuntan a un eventual relevo en la Subsecretaria de Prevención y Promoción de la Salud del Gobierno de México.
La mañana de ayer, el jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, eludió hablar del tema y dejó en manos del zar contra el coronavirus, explicar sus días asueto en las paradisiacas playas de “La Boquilla” y “Zipolite” en la costa oaxaqueña.
“El chile y el agua lejos”, con la gresca política al rojo vivo y las criticas que han inundado las redes sociales tras la publicación de las polémicas fotografías, en las que se le observa sin cubrebocas y con semblante relajado, lejos de cuestionar su viaje el todavía subsecretario matizó su conducta, argumentando que la evolución de la pandemia es distinta en cada estado y que los Gobiernos locales toman decisiones ad hoc para su territorio.
La hipocresía del funcionario, que no hace todavía un mes pregonaba la necesidad de quedarse en casa para contener la pandemia, que ha alcanzado un nuevo pico con 127 mil 757 decesos y un millón 455 mil contagios, al corte del 4 de enero, apunta a su segura salida del staff Lopezobradorista.
Así como Felipe Calderón lo corrió por explorada incompetencia durante la emergencia sanitaria por la influenza H1N1, fuentes de alto nivel apuntan a que la 4T lo correrá por creído, por su mal manejo de una crisis política que le pega por debajo de su línea de flotación.
Sólo falta ver la maroma mañanera en la que le canten las golondrinas, y digan que López-Gatell, cual superhéroe va nuevas responsabilidades para salvar a la humanidad.
Posdata. Lo último es en plan de sorna, no se la vayan a creer.
¡Que vengan los bomberos que se está quemando!
La refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Salina Cruz es desde hace mucho un eco de antiguas glorias. Pero muy antiguas.
Ayer que se registró un incendio en la planta primaria, el primero de 2021, y que con justa razón puso en alerta a los habitante de esa demarcación, los malquerientes de la 4T cuestionaron, no sin justificación, que en lugar de “Dos Bocas” el Gobierno Federal debiera invertir esos quintos en la reconfiguración de la factoría porteña, pues no hace mucho, el 30 de diciembre pasado, se registró la fuga de ácido HF en la planta de alquilación que se saldó únicamente con daños materiales, y fue contenida gracias a la intervención heroica del personal contra incendios y de seguridad industrial.
Que alguien la avise al agrónomo convertido en director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, que o se apura con su plan de modernización de esa petroquímica, o cuando decida aplicar el “proyecto estratégico” de su jefe López Obrador, para detonar el Istmo de Tehuantepec, Dios no lo quiera lo encontrará en llamas.
No me lo tomen a mal, pero la situación de esa chatarra a la que los locales le llaman con cariño “La Refi” ¡está que arde!