La temporada de nochebuenas ya está aquí. Esta planta es usada en México, América Latina y en muchos países del mundo en las tradicionales fiestas navideñas.
Se trata de una especie nativa del país y es una de las plantas ornamentales más icónicas y una contribución de México a la horticultura del mundo.
Si tienes nochebuenas en tu casa y también hay perros y gatos muy cerca de ellas, debes tener cuidado porque estas pueden resultar tóxicas para tus mascotas.
¿Por qué las nochebuenas son tóxicas para perros y gatos?
Los especialistas de Purina América Latina indican que la nochebuena sí resulta tóxica para ambas mascotas.
Según investigaciones de la Universidad de Ohio, su nivel de toxicidad es muy leve y por lo general haría falta ingerir grandes cantidades de la planta.
Se pueden presentar reacciones como:
- Babeo.
- Vómito.
- Diarrea.
- Irritación de la piel.
La tradicional planta navideña hace daño a mascotas y hasta a seres humanos debido a que la savia blanca de aspecto lechoso, que se encuentra en las flores contiene sustancias químicas similares a las de los detergentes.
Aunque esta planta no representa un peligro mortal, sí puede ocasionar ciertas molestias si perros o gatos la llegan a consumir. Si esto pasa, debes consultar de inmediato a un veterinario.
Se recomienda colocar las nochebuenas lejos de alcance de las mascotas, para evitar que su curiosidad los lleve a ingerirla y tener algún daño.
¿Cuál es el origen de las nochebuenas?
Esta flor es muy atractiva por sus grandes hojas rojas, que muchas veces son confundidas con pétalos, pero en realidad son brácteas rojas, hojas modificadas, cuya función es atraer a los polinizadores y proteger a las pequeñas flores de color amarillo que se ubican en el centro de la planta.
Los mexicas la llamaban cuetlaxóchitl, que en náhuatl significa “flor que se marchita” o “flor de pétalos de cuero”, y extraían los pigmentos rojos de esta planta para teñir textiles y el látex.
La nochebuena, que es una especie referida en el Códice Florentino y citada en la Historia de las Plantas de Nueva España, del médico y botánico español Francisco Hernández de Toledo; fue enviada, por el diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett, de Taxco, Guerrero, al Jardín Botánico Bartram, donde la cultivaron y exhibieron en 1829. Posteriormente, la nochebuena fue introducida a Europa y luego al resto del mundo.
*Este texto fue escrito y publicado por El Financiero.