El candidato demócrata Joe Biden derrotó este sábado al presidente Donald Trump y será el 46to presidente de los Estados Unidos, un país agriamente dividido, vapuleado por una devastadora pandemia y desgarrado por tensiones raciales y socioeconómicas.
La victoria ocurre luego de tres días de incertidumbre pues las autoridades demoraron en el conteo de los votos depositados por correo. Biden necesitaba 270 votos del Colegio Electoral y con su triunfo en Pensilvania acumuló 290 de acuerdo con proyecciones de The Associated Press.
Poco después del anuncio, Biden declaró que se siente “honrado” por la victoria electoral e hizo un llamado a la unidad nacional.
“Ahora que ha concluido la campaña, es hora de dejar atrás el rencor y la áspera y unirnos como nación”, dijo Biden en un comunicado.
“Somos los Estados Unidos de América”, continuó. “Nada es imposible para nosotros si lo hacemos unidos”.
America, I’m honored that you have chosen me to lead our great country.
The work ahead of us will be hard, but I promise you this: I will be a President for all Americans — whether you voted for me or not.
I will keep the faith that you have placed in me. pic.twitter.com/moA9qhmjn8
— Joe Biden (@JoeBiden) November 7, 2020
Trump no admitió derrota alguna. En un comunicado, aseveró que “nuestra campaña comenzará a presentar argumentos en los tribunales para garantizar que las leyes electorales sean respetadas y que el verdadero ganador de las elecciones asuma la presidencia”.
Biden, de 77 años, hizo campaña no con promesas políticas o ideológicas sino a la sazón de que había que forjar una coalición nacional para derrotar a Trump, al considerarlo una amenaza para la democracia norteamericana. La estrategia resultó eficaz al anotarse triunfos en Michigan, Wisconsin y Pensilvania, antiguos baluartes demócratas que, en el 2016, sorpresivamente, se inclinaron por Trump.
Biden está encaminado a ganar el voto popular por más de 4 millones de sufragios y esa cifra podría aumentar a medida que continúa el escrutinio.
Trump usó las demoras en el conteo en algunos estados para lanzar acusaciones falsas de fraude y de que los demócratas estaban tratando de robarse las elecciones, un caso insólito y sin precedente de un presidente Estados Unidos tratando de sembrar dudas sobre el proceso democrático.
En los días previos, Biden, quien fue vicepresidente bajo Barack Obama, trató de calmar los ánimos y de proyectar la imagen de político sereno y responsable, haciendo llamados a la unidad a fin de sanar las heridas de una nación profundamente dividida.
“Debemos recordar que el propósito de la política no es librar la guerra eterna e implacable”, expresó Biden el viernes por la noche en Delaware.
“El propósito de nuestra política, de nuestra nación, no es avivar las llamas de conflicto sino resolver problemas, impartir justicia, permitir igualdad de oportunidades a todos”, añadió.
La compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, hace historia: es la primera mujer negra en ser vicepresidenta, una hazaña surgida justo en momentos en que la sociedad estadounidense se ve estremecida por reflexiones y rencores con base al trato dado a su población de raza negra. Harris, quien es senadora por California, será además la primera persona de ascendencia sudasiática en llegar a la vicepresidencia y la mujer que ocupará el más alto cargo ejecutivo hasta ahora de Estados Unidos, cuatro años después de que Trump derrotó a Hillary Clinton.
Trump es el primer presidente estadounidense en perder la reelección desde que lo hizo George H.W. Bush en 1992. Hasta ahora Trump no ha admitido su derrota.
Con información de AP