Esta es la conclusión del estudio The Lance Countdown, que asegura que la continua dependencia mundial de los combustibles fósiles aumenta el riesgo de inseguridad alimentaria, enfermedades infecciosas y enfermedades relacionadas con el calor.
“La crisis climática nos está matando”, señaló António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, tras la publicación de este estudio y enfatizó que los líderes globales deben modificar sus acciones en función del tamaño del problema.
Líderes de todo el mundo se reunirán el mes próximo para la conferencia climática más importante del año, la COP27, que tendrá lugar en Egipto.
La más reciente edición del informe -que se lleva a cabo desde 2016 y en el que participan cerca de 100 expertos de organizaciones incluidas la OMS- hace hincapié en cómo el clima extremo aumentó la presión sobre los servicios de salud en todo el mundo que ya se han visto afectados por la pandemia de covid-19.
También destacan la relación entre el cambio climático y la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural), a los que se atribuye el 80% de los gases de efecto invernadero generados por el hombre y que acaban calentando la Tierra.
Impacto del calor extremo
De acuerdo con el estudio, las muertes vinculadas al calor aumentaron en dos tercios en las dos últimas décadas.
En 2022 se han batido récords de temperatura en todo el mundo, incluso en Reino Unido, donde se registraron 40 °C en julio, así como en partes de Europa, Pakistán y China.
Por otra parte, las temperaturas cálidas extremas aumentan el riesgo de incendios forestales.
Análisis de Justin Rowlat, editor de Clima
El informe de The Lancet de hoy es un llamado a las armas.
Los autores esperan que la evidencia que presenta muestre la necesidad de una acción urgente en la conferencia de la ONU sobre el clima en Egipto.
Pero la cumbre se enfrenta a fuertes vientos en contra.
Los países en desarrollo exigirán que las naciones que se enriquecieron utilizando combustibles fósiles gasten más efectivo para cubrir los costos de las pérdidas y daños que está causando nuestro clima cambiante.
Y preguntarán: ‘¿Qué pasó con los US$100.000 millones anuales para la acción climática que los países desarrollados supuestamente pusieron a disposición a partir de 2020?’. Todavía estamos miles de millones de dólares por debajo del total.
Los anfitriones egipcios de la COP27 advirtieron sobre una “crisis de confianza”.
Pero el mundo desarrollado está luchando contra una crisis del costo de vida a medida que se disparan los precios de la energía y los alimentos. Muchos de ellos ya están gastando miles de millones en apoyo militar a Ucrania.
Así que prepárate para una conferencia con debates acalorados.
Enfermedades infecciosas
El calentamiento global incrementa la propagación de enfermedades infecciosas.
Los investigadores hallaron que los períodos en que la malaria podía transmitirse se hicieron un 32 % más largos en las zonas altas de las Américas y un 15 % más largos en África durante la última década, en comparación con la década de 1950.
La probabilidad de transmisión del dengue aumentó un 12% durante el mismo período.
Seguridad alimentaria
Los datos recabados por el informe indican que debido al aumento de las temperaturas y a los fenómenos meteorológicos extremos se produjo un menor rendimiento en los cultivos y se redujo su temporada de crecimiento.
Además, alrededor de un 30% más de tierra se ve ahora afectada por sequías extremas, en comparación con la década de 1950.
Estos impactos están provocando un aumento del hambre, dice el informe.
Los períodos cálidos en 2020 se asociaron con 98 millones más de personas que no pudieron obtener los alimentos que necesitaban, en comparación con el promedio de 1981 a 2010, y la proporción de la población mundial que sufre inseguridad alimentaria también está aumentando.
Por otro lado, en 2021 se perdieron casi medio billón de horas de trabajo debido al calor extremo. Esto afectó principalmente a los trabajadores agrícolas en los países más pobres, reduciendo el suministro de alimentos y los ingresos.
Aunque la crisis climática nos afecta a todos, el impacto no se distribuye de manera igualitaria, siendo los países pobres los que se ven más afectados, así como los grupos de población más vulnerables, como es el caso de las personas mayores con las olas de calor.
Según The Lancet Countdown, las muertes vinculadas al calor extremo en los mayores de 65 años aumentaron un 68% en el período comprendido entre 2017 y 2021 en comparación con el 2000-2004.
Esperanza
Sin embargo, concluye el informe, hay soluciones.
“A pesar de los desafíos, existe evidencia clara de que la acción inmediata aún podría salvar la vida de millones, con un cambio rápido hacia la energía limpia y la eficiencia energética”, señaló Marina Romanello, directora ejecutiva de ‘The Lancet Countdown’, del University College de Londres.
*Este texto fue escrito y publicado por BBC.