* Motivo de escándalo nacional y críticas innecesarias a Jara Cruz por el evidente descuido del Fiscal General “florero” Bernardo Rodríguez Alamilla, es el caso del notario Jorge Gómez Merlo en Italia.
* Resulta inaceptable y, sobre todo, condenable, que el Fiscal General “florero” y Anticorrupción no mantuvieran estrecha coordinación con la FGR, Relaciones Exteriores y la Embajada de México en Italia.
Desde su campaña, una y otra vez, de manera insistente y consistente, el hoy gobernador Salomón Jara Cruz ha reiterado su compromiso de combatir la corrupción del lejano y reciente pasado.
No obstante, que los Jueces obsequiaran hasta ahora las respectivas órdenes de aprehensión de siete ex servidores públicos, el combate anticorrupción no ha sido pronto ni menos expedito.
La integración de las carpetas de investigación y los procesos no han estado exentos de altibajos por diversas complicaciones, presumiblemente por omisión, negligencia o complicidad soterrada.
El caso del notario Jorge Gómez Merlo en Italia, es motivo de escándalo nacional y críticas innecesarias al gobernador Jara Cruz por el evidente descuido del Fiscal General “florero” Bernardo Rodríguez Alamilla.
También es responsabilidad, por supuesto, del Fiscal Anticorrupción el grave error de no dar seguimiento y estar pendiente del curso del caso desde la tipificación de los delitos en la carpeta de investigación.
Resulta inaceptable, injustificable y, sobre todo, condenable, que el Fiscal General “florero” y Anticorrupción no mantuvieran en estrecha coordinación con la Fiscalía General de la República.
Los mismos calificativos merece la falta de permanente coordinación con la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Embajada de México en Italia.
Hábil y perversamente, José Bernardo Rodríguez Alamilla y Jorge Emilio Iruegas dejaron correr la versión de mala leche que responsabilizaba de la pifia al Consejero Jurídico, Geovany Vázquez Sagrero.
En tales condiciones, es dable preguntar al gobernador Salomón Jara Cruz si cree y confía plenamente en Bernardo Rodríguez Alamilla y Jorge Iruegas, a pesar de ser herencia del ex gobernador Alejandro Murat.
Entendible políticamente, no justificable, llama poderosamente la atención que con sus antecedentes muratistas fuera impuesto el Fiscal “florero” y se mantenga en el cargo a Iruegas.
De ahí que insistamos en señalar que el gobernador Salomón Jara Cruz duerme con el enemigo y día a día su trabajo se enfrenta a la deslealtad de los traidores en el gabinete legal y ampliado.