De acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Rural (Sader) en exportación el limón persa ocupa el primer lugar, posteriormente el rambután a Japón, lichi, este último lo promueven compradoras que llegan directamente de Estados Unidos y cubren la ruta legal del producto.
Dentro de la zona, las siete empacadoras en conjunto exportan alrededor de 7 mil toneladas anuales, algunas fuera de la región alrededor de 15 mil toneladas al año tan solo de limón persa.
También se exporta café, vainilla, pero solo son muestra, que comparado con los otros cultivos aún es insignificante la exportación.
Además se moviliza el jengibre pero mínimo, la piña, maíz y café son de consumo nacional y por parte de la Sader dan seguimiento ya que requieren certificados fitosanitarios para llevar a cabo la exportación de los cultivos.
Jesús Caña Morales, jefe de distrito de la Sader, comentó que la exportación no repunta debido a que los productores no se capacitan para cumplir con los requisitos, señaló que si no tienen un nivel organizativo es difícil que logren dar el seguimiento a la comercialización.
Detalló que muchos productores lo que hacen es entregar la cosecha a los acopiadores para evitar todo el proceso, sin embargo, con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los productores tendrán que certificar los huertos porque deben cumplir con la trazabilidad del producto, es decir que finca, lote, predio y ubicar el origen del mismo.
Reiteró el jefe de distrito que la actividad agropecuaria no se ha detenido aún con los riesgos de la pandemia, en las áreas rurales los productores siguen sembrando más limón, cosechando, sembrando caña, no se ha detenido tampoco la ganadería.