Ciudad de México. — Desde Palacio Nacional, en el marco de su Tercer Informe el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió “a los cuatro vientos” los “logros” de su gobierno.
“Aprovecho para recapitular: récord histórico en remesas, récord histórico en inversión extranjera, récord histórico en incremento al salario mínimo, récord histórico en no devaluación del peso, récord histórico en no incremento de deuda, récord histórico en aumento del índice de la Bolsa de Valores, récord histórico en las reservas del Banco de México.
“Está como para decir a los cuatro vientos, presumir, pero no he terminado, porque lo que acabo de describir es como para decirle a los tecnócratas neoliberales: Tengan para que aprendan”, alardeo el mandatario.
López Obrador afirmó que, “la transformación está en marcha y, aunque es necesario seguir poniendo al descubierto la gran farsa neoliberal y auspiciando el cambio de mentalidad del pueblo, porque eso es lo más cercano a lo esencial y a lo irreversible”, también se están desterrando vicios y prácticas deshonestas en el manejo del gobierno.
“Una medida decisiva fue parar en seco la tendencia privatizadora. Se dejó de entregar concesiones a particulares en minas, agua, hospitales, puertos, vías férreas, playas, reclusorios y obras públicas; pero, lo más importante, hemos detenido las privatizaciones en el sector energético, en petróleo y electricidad”, soltó el titular del Ejecutivo.
Detalló que, la nueva política energética busca producir en México las gasolinas que el país consume para dejar de importarlas, por lo que su administración continúa “destinando recursos para la modernización de las seis refinerías existentes”.
“En tres años, la inversión pública destinada a las refinerías ha sido de 33 mil 581 millones de pesos”, presumió.
Recordó que cuando llegó al gobierno, las refinerías “estaban en el abandono y la administración anterior había comenzado a vender plantas, como las de hidrógeno, al interior de sus instalaciones”.
Al comparar la producción de derivados del petróleo que alcanzó el anterior gobierno con la obtenida en su periodo, destacó que “las refinerías transformaban 511 mil barriles por día y ahora procesan 706 mil barriles diarios, es decir, 38 por ciento más”.
Sostuvo que, “en julio del año próximo se terminará también la nueva refinería de Dos Bocas”, en Paraíso, Tabasco, con capacidad para procesar 340 mil barriles diarios.
Resaltó que, desde el inicio del periodo neoliberal —hace 42 años— “no se había construido una nueva refinería” en el país; que la última se edificó en Salina Cruz, Oaxaca, y empezó a operar en 1979.
Reprochó que, “durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en 1993, en vez de hacer aquí una nueva refinería, se optó porque Pemex se asociara con Shell para compartir la refinería Deer Park, de Houston, Texas”.
“Este año se hizo la oferta para comprar la parte de la petrolera extranjera y se cerró la operación con un costo de 596 millones de dólares. Ahora la refinería será propiedad total de Pemex y su producción de gasolinas y diésel y otros combustibles, 150 mil barriles diarios, se destinarán al abasto del mercado interno de nuestro país”, aseveró López Obrador.
En cuanto a la industria eléctrica, el mandatario sus tuvo que su gobierno está “modernizando las plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo y carbón en la producción de electricidad”.
“La energía que se produce con agua es limpia y barata, de ahí que hayamos decidido cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, lo cual nos permitirá aprovechar la infraestructura existente y el agua de los embalses para producir más electricidad sin construir nuevas presas, sin causar afectaciones y reducir la emisión de gases de efecto invernadero, aseguró.
Ratificó que, la meta “es que tengamos abasto público suficiente de energía eléctrica, que no haya apagones y evitar en los hechos que los consumidores domésticos paguen la luz con tarifas más elevadas que las corporaciones empresariales y las grandes cadenas comerciales.
El presidente reveló que, con presupuesto federal —sin las onerosas asociaciones público-privadas, las llamadas APP, o el otro invento contra la hacienda pública llamado Pidiregas— el gobierno de la Cuarta Transformación está “construyendo carreteras, presas, hospitales, universidades, escuelas, acueductos, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento de aguas residuales, puentes, refinerías, vías férreas, centrales eléctricas, aeropuertos, cuarteles, bibliotecas, parques, mercados, estadios, unidades deportivas y otras obras”.
Para ilustrar su afirmación, el jefe del Estado mexicano puso de relieve la construcción del aeropuerto ‘Felipe Ángeles’, el Programa Integral del Istmo de Tehuantepec y el Tren Maya, en cuya ejecución se están generando 143 mil 137 empleos directos y 277 mil 49 indirectos.
El titular del Poder Ejecutivo reconoció que continúan los contagios por el virus SARS-CoV-2, aunque matizó su afirmación al sostener que “se ha reducido considerablemente el número de hospitalizaciones y de fallecimientos por COVID-19.
“La principal razón de esta disminución en la intensidad de la pandemia es el Programa Nacional de Vacunación, que ha funcionado con eficacia y ha llegado a todos los pueblos de México”, descolló.
Corroboró que, hasta hoy se han “recibido 103 millones 296 mil 665 dosis de vacunas Pfizer, Sinovac, Sputnik, AstraZeneca, Johnson & Johnson, CanSino y Moderna, de farmacéuticas y gobiernos extranjeros que han demostrado con hechos su solidaridad con México y con su pueblo”.
“Se ha vacunado al menos con una dosis al 65 por ciento de la población y reitero el compromiso de que en octubre próximo la totalidad de los habitantes mayores de 18 años tendrán cuando menos una dosis a fin de que lleguemos mejor protegidos al invierno, que es la temporada en la que se presentan con mayor frecuencia las enfermedades respiratorias”, refrendó.
Por otra parte, el tabasqueño informó que “posterior a la pandemia se han creado un millón 202 mil 691 empleos y sólo faltan 192 mil 713 para recuperar a los asegurados que había en el Seguro Social antes de la crisis sanitaria y que sumaban 20 millones 613 mil trabajadores”, un objetivo que prometió alcanzar en los próximos dos meses.
También hizo énfasis en que la pandemia no desembocó en una crisis de consumo, pues “gracias a las remesas y a los apoyos de los programas de bienestar, que llegan y se aplican de abajo hacia arriba, de los más pobres hacia la cúpula de la pirámide poblacional, se ha podido evitar la falta de alimentos y otros bienes de primera necesidad.
“No se han registrado saqueos a comercios ni actos de vandalismo o desesperación por hambre o desatención a las necesidades básicas de la gente. Hay paz social y gobernabilidad en nuestro país”, apuntó.
Reconoció como un hecho excepcional el incremento en las remesas que los migrantes envían a sus familiares en México, que en el año pasado se elevaron a 40 mil 600 millones de dólares y en este año se estima que superarán los 48 mil millones, es decir, 18 por ciento más.
“Hoy acaba de dar a conocer el Banco de México que las remesas de julio alcanzaron los cuatro mil 540 millones de dólares, es una cifra récord mensual, cuatro mil 540 millones de dólares.
“El dinero de las remesas llega hasta abajo, a las familias y comunidades más pobres del país. Estamos hablando de más de 10 millones de envíos de 380 dólares mensuales en promedio, por familia, siete mil 600 pesos mensuales”, expuso.
Admitió que, de 11 delitos considerados como de mayor impacto, tres han presentado aumentos: el feminicidio que creció un 13 por ciento y que posiblemente, suavizó, antes no se clasificaba como ahora; la extorsión, que aumentó en 28 por ciento; y el robo en transporte público individual, que creció 12 por ciento.
“El 27 de julio de este año, el Inegi dio a conocer el dato de homicidios registrados en 2020 que, como en 2019, refleja que ya se detuvo la tendencia ascendente en este delito e inclusive se ha logrado una pequeña disminución”, resaltó.
Argumentó que, en vez de conseguir líneas de crédito para endeudar el país, como era la práctica neoliberal durante los periodos de crisis, su administración optó por mejorar la “recaudación de impuestos, procurando cobrar a grandes corporaciones, nacionales y extranjeras, que se las ingeniaban para no pagar sus contribuciones”.
“Hoy la hacienda pública se está fortaleciendo en la medida que impide los fraudes fiscales. Un dato: aún con la crisis por la pandemia del COVID-19, los ingresos del gobierno federal hasta el día de ayer sumaron dos billones 438 mil 557 millones de pesos, es decir, fueron 2.6 por ciento superiores en términos reales al mismo periodo del año pasado y 0.8 por ciento más que lo estimado en la Ley de Ingresos de la Federación para este año”, exteriorizó.
Recriminó que, “en los últimos dos sexenios los grandes contribuyentes se beneficiaron con condonaciones por 366 mil 174 millones de pesos y que sólo 58 de esos grandes contribuyentes, grandes corporaciones empresariales y financieras, 58, dejaron de pagar en los dos sexenios anteriores 189 mil 18 millones de pesos”.
“Ahora, por el contrario, no existe el ofensivo privilegio de las condonaciones, estamos cobrando deudas vencidas y no se tolera el fraude fiscal. Esto es posible cuando se actúa con integridad y honradez, cuando se tiene autoridad moral y autoridad política”, espetó.
Adujo que, “es un timbre de orgullo el que, a pesar de la crisis sanitaria y económica que provocó la pandemia y con todo y el sufrimiento que (…) causó”, no se dejó de trabajar para consumar la lo que López Obrador llamó Cuarta Transformación de la vida pública de México.
“Es evidente que, si avanzamos y resistimos, es porque nos decidimos a enfrentar, en primer término, en primer lugar, la peste de la corrupción que tanto daño ha causado a México y a su pueblo.
“Esto siempre lo ha sabido el pueblo, pero es ahora (cuando) se comprende mejor y se asiente como una realidad, porque el dinero que antes se robaban ahora llega a los de abajo, a los olvidados, a los marginados de nuestro país”, declaró.
Reiteró que, “es mucho lo realizado y sería muy difícil (…) dar marcha atrás a (las) decisiones o acciones que se han tomado en bien del pueblo y de la nación”.
“En fin. Un retroceso no sería cosa fácil”, sentenció.
López Obrador se dijo confiado en que la gente va a votar a finales de marzo del año próximo porque continúe su periodo constitucional hasta finales de septiembre de 2024, pero que no es sólo eso lo que necesita para cumplir su misión; que “falta lo que diga la naturaleza, la ciencia y el Creador. No podemos ser soberbios, pero, si tengo suerte y termino, creo que vamos a consumar la obra de transformación y no dejaremos ningún pendiente”.
“Cuando esté entregando la banda presidencial sólo diré a los cuatro vientos: misión cumplida, me voy a Palenque, les dejo mi corazón”, finalizó.