A pesar de haber escrito la letra y compuesto la música, la cantante no podía interpretar ninguno de los temas, incluso estuvo en peligro el documental sobre su vida para Netflix.
Todo inicio cuando Scooter Braun y Scott Borchetta, quienes representan a Ariana Grande, Justin Bieber y Demi Lovato compraron parte de Big Machine, esta operación incluía los derechos de canciones de Taylor por $300 MDD.
Taylor firmó su contrato cuando era una adolescente, pero dicho contrato no mencionaba nada sobre nuevas versiones de sus temas, por lo cual la estrella pop galardonada recientemente como la Artista de la Década, anunció que tendrá los derechos de las nuevas versiones de sus álbumes debut, Feraless, Speak now, Red y 1989.
Después de dar a conocer esta noticia en diversos medios estadounidenses se convirtió en trending Topic con la etiqueta #TaylorIsFree (Taylor es libre).