Condenable omisión y negligencia del secretario de Seguridad Pública, Iván García, del Fiscal “florero”, Bernardo Rodríguez, y del secretario de Gobierno, Jesús Romero, al no intervenir ante la comisión de diversos delitos.
* Trascendió en las redes sociales que la mano negra que mece la cuna de la violencia en los complejos gubernamentales es del diputado federal de Morena, Daniel Gutiérrez. Urge investigar el señalamiento en cuestión.
Dos acontecimientos ocurridos ayer confirmaron, una vez más, que Oaxaca, estado y capital, es tierra de eterna contradicción en la que la realidad es increíble y lo increíble se hace realidad.
La brutal y cobarde agresión a dos mujeres y a un policía auxiliar en Ciudad Administrativa por hordas salvajes de Santo Domingo Teojomulco, Santa María y San Francisco Sola de Vega.
Y la anhelada detención del ex secretario de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (SINFRA), Javier Lazcano Vargas, en cumplimiento de una orden de aprehensión.
La aprehensión del ex titular de SINFRA por su presunta participación en delitos como peculado y desvío de recursos públicos, es una luz de esperanza en túnel del combate contra la corrupción.
Se le inculpa presunta responsabilidad en el uso ilícito de atribuciones y facultades en perjuicio del gobierno de Oaxaca, en las obras de construcción del Centro Gastronómico, el Centro Cultural Álvaro Carrillo, el Centro de Convenciones de Huatulco y la Avenida Símbolos Patrios.
Es de lamentar que la evidente, pública y notoria impunidad de los habitantes de Teojomulco, Santa María y San Francisco Sola de Vega, empañara la detención del yupi mexiquense saqueador.
Condenable resulta la brutal violencia, retención de trabajadores, destrucción de vehículos, robo e incendio en Ciudad Administrativa, que bien pueden tipificarse como actos de terrorismo.
Además de agredir a los empleados y ciudadanos, los violentos vecinos y sus autoridades “soldaron” las salidas de emergencia de Ciudad Judicial para que el personal no pudiera salir.
Esta última acción previamente concertada pone de manifiesto de cuerpo entero la mala leche con la que actuaron los agresores con las tres agravantes de ley, premeditación, alevosía y ventaja.
Estos son ya actos de terrorismo, entendiéndose que el terrorismo es creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general.
Demandamos que se aplique la ley y los de Teojomulco paguen por los daños y lesiones que le ocasionaron al policía y las personas que agredieron y que no queden impunes al final al negociar.
Trascendió que la mano negra que mece la cuna de la violencia en los complejos gubernamentales es del diputado federal de Morena, Daniel Gutiérrez. Urge investigar el señalamiento en cuestión.
Más condenable resulta la omisión y negligencia del secretario de Seguridad Pública, Iván García, y del Fiscal “florero”, Bernardo Rodríguez, al no intervenir ante la comisión de diversos delitos.
La misma actitud indolente asumió el secretario de Gobierno, Jesús Romero, a pesar de saber que los violentos habitantes de Teojomulco y Sola de Vega eran encabezados por sus autoridades.
Más de 80 trabajadores del Gobierno de Oaxaca fueron retenidos en Ciudad Administrativa por los violentos manifestantes, quienes solicitaron la presencia de la fuerza pública para ser rescatados.
Al igual que lo han hecho en el complejo de Ciudad Judicial, los habitantes de la Sierra Sur agredieron en Ciudad Administrativa con resorteras a los trabajadores y lesionaron a dos mujeres.
Tras las agresiones en Ciudad Administrativa, el gobernador Salomón Jara sostuvo que no se va a reprimir a los manifestantes ni caerán en provocaciones, y aseguró se han atendido sus demandas.
Jara Cruz incumple su obligación de respetar y hacer respetar la ley para garantizar la seguridad de sus gobernados. Aplicar la ley para cuidar a la población de actos vandálicos, no es represión.
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