Según establecen los tratados de la UE, en concreto, el artículo 49 del Tratado de Lisboa, cualquier Estado europeo tiene derecho a solicitar la adhesión, siempre que respete los valores y normas fundamentales del bloque. Se conocen como criterios de Copenhague e incluyen la democracia, la igualdad, el estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos, una economía de mercado en funcionamiento y la aceptación de la legislación de la UE.
Un país candidato debe obtener primero el acuerdo unánime de los Estados miembros, que a su vez piden a la Comisión Europea que realice una evaluación. A partir de ahí, los Estados miembros pueden pedir a la Comisión que inicie formalmente las negociaciones de adhesión. Para Ucrania, éste sería el siguiente paso.
Pero dependiendo del grado de reforma necesario y de los sentimientos políticos de los actuales Estados miembros, las negociaciones pueden durar varios años, o incluso décadas.
Para progresar, los candidatos introducen gradualmente reformas en su administración pública, su sistema judicial y su economía a fin de alinearse con la UE. Al mismo tiempo, reciben ayuda financiera y técnica de la UE.
Las negociaciones abarcan 35 “capítulos” o temas, que incluyen grandes cuestiones como la política exterior y el medio ambiente, pero también otras más técnicas como la libre circulación de trabajadores y capitales. Cada paso hacia la adhesión debe ser aprobado por unanimidad por todos los Estados miembros.
Algunas candidaturas avanzan con bastante rapidez. Finlandia solo necesitó tres años para completar el procedimiento a mediados de los noventa. Sin embargo, Turquía lleva negociando desde 2005 sin perspectivas reales de avanzar.
Mucho depende del ritmo de reforma que adopten los propios candidatos, pero los miembros de la UE también pueden retrasar las cosas por sus propias razones políticas. Bulgaria, por ejemplo, bloqueó durante mucho tiempo el inicio de las negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte. Hungría, que ya ha bloqueado la entrega de fondos de la UE a Kiev, es un claro obstáculo potencial para Ucrania.
Más deberes para Ucrania
En cualquier caso, como dijo a DW Tinatin Akhvlediani, del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS), un grupo de reflexión con sede en Bruselas, la apertura de las conversaciones de adhesión con Ucrania sólo indica un objetivo a largo plazo para que se adhiera, pero sin fecha ni calendario fijos, “posiblemente dentro de 10 años”. Sin embargo, la apertura de las conversaciones demostraría que la UE está dispuesta a invertir en el futuro de Ucrania, afirmó.
“La adhesión no se produce hoy”, subrayó. “La ampliación se basará en los méritos, no habrá atajos. Así que si Ucrania no avanza en las reformas de acuerdo con los valores de la UE… el país no se convertirá en miembro”, dijo la analista.
En 2022, la organización no gubernamental Transparencia Internacional situó a Ucrania en el puesto 116 de 180 países en su índice de percepción de la corrupción. Sin embargo, el grupo también destacó los esfuerzos de Kiev por resolver este antiguo problema y las importantes mejoras logradas en la última década.
Por Agencias.