“La nueva política colombiana contra las drogas está concentrada en las personas y en el territorio. Eso es lo que hemos venido a presentar a la Unión Europea”, explicó a DW Jhoana Delgado Gaitán, viceministra de Promoción de la Justicia de Colombia. La semana para esta presentación es clave: más de una docena de ministros latinoamericanos de Justicia e Interior han estado en Bruselas buscando profundizar en espacios de cooperación con sus homólogos europeos.
Después de que Estados Unidos ha dado apoyo al nuevo Plan de Drogas de Colombia, le toca el turno a la UE. Una delegación colombiana, liderada por Iván Velásquez, ministro de Defensa, trajo al segundo Diálogo sobre Drogas con la Comisión Europea, la nueva propuesta “que está, obviamente enfocada en la erradicación de cultivos, pero teniendo en cuenta a la población, a la gente que es la que más ha sufrido por el flagelo del narcotráfico”, apunta Delgado Gaitán. ¿Qué proponen? “Establecer nuevas matrices productivas, sustituyendo cultivos ilícitos por lícitos”, añade la viceministra recalcando que el Gobierno busca hacerlo con respeto a los derechos humanos.
Momento crucial
Para Europa, el momento también es crucial. El aumento de la violencia y la corrupción ligada al narcotráfico -con homicidios en Amberes, Nimes y Estocolmo- llevó a la comisaria europea de Justicia e Interior, Ylva Johannson, a Colombia y Ecuador. De esas visitas salieron acuerdos de cooperación para reforzar la seguridad de los puertos y el escaneo de contenedores. También redundó en un acuerdo entre Europol y Colombia, el único país latinoamericano que coopera desde hace varios años oficialmente con los servicios europeos.
La política sueca recibió con beneplácito el nuevo plan de Colombia, que, si bien se compromete con la lucha para impedir la salida de drogas del país, se enfatiza ahora la necesidad de alternativas para los pequeños productores, básicamente víctimas del conflicto.
“En mi viaje a Colombia sobrevolamos la región del Putumayo; sabemos que se necesita un enfoque más amplio. Apoyamos la política de buscar alternativas para los agricultores”, dijo Johannson. Como fuere, el cambio de estrategia europea se enfoca en seguir la ruta del dinero generado con el narcotráfico.
El nuevo enfoque colombiano
“Esta variación en la política podría ser más efectiva: ir contra los dueños del negocio, afectar sus finanzas, perseguir el dinero para desarticular sus redes. En eso hemos estado de acuerdo tanto los representantes de la UE como los de los países latinoamericanos”, explicó el ministro Velásquez a un reducido grupo de medios, entre ellos DW.
“Nuestra nueva política quiere combinar el oxígeno con la asfixia: oxígeno para el pequeño agricultor y asfixia para los narcotraficantes”, subrayó Velásquez, que habla de 3.000 laboratorios destruidos, 510 toneladas de cocaína incautada (50% de ella con destino a Europa) y unos 250 millones de dólares en bienes incautados.
¿Efectos positivos y negativos?
¿Se sienten los efectos de esta nueva política de Colombia? “Asumimos que la presión que está haciendo Colombia tiene consecuencias en la región, que desplazan la cocaína hacia Ecuador o que exportan la pasta básica de coca para producción de cocaína en laboratorios en Centroamérica y Europa”, responde el ministro Velásquez.
“Por eso mismo es imperativa la integración internacional en la lucha contra el narcotráfico”, afirma el ministro colombiano y pone el ejemplo de la campaña naval Orión, liderada por Colombia. En cinco años de existencia, en once temporadas, ha logrado incautar 1.865 toneladas de estupefacientes. Este año, en 45 días de intercambio de información y operaciones con 40 países de África, América y Europa, se logró afectar las finanzas de las organizaciones de crimen transnacional en más de 7.700 millones de dólares.
Consonancias
Así, basándose en ejemplos exitosos, de la urgencia de crear una “red para combatir las redes”, habló la comisaria Johannson, que está a punto de sacar un nuevo plan de acción contra el crimen organizado y el narcotráfico, así como de culminar la “Alianza europea de puertos”. La profundización de la cooperación con Colombia y con los otros países latinoamericanas se considera crucial. En esa medida, la pronta institucionalización de Ameripol -a imagen de Europol con sede en Bogotá- es un paso adelante.
“Nuestra nueva política está pensada con una duración de diez años”, sigue la viceministra Delgado Gaitán. “Hemos venido a convencerlos de que tenemos un modelo para que Colombia se transforme verdaderamente. Pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos del apoyo técnico y de los sistemas de información de Europa para identificar a los líderes de “cuello blanco” que manejan el negocio a nivel global. No podemos seguir atacando y revictimizando a una población vulnerable que no tiene mayores opciones”, concluye la política colombiana echando la vista atrás a medio siglo de fallidas políticas sobre drogas.