Es la hora de entrada de los 107 alumnos de la única escuela que reinició clases presenciales en Oaxaca por acuerdo de madres y padres de familia de la comunidad zapoteca de Santiago Quiavijolo. Se ubica en lo más escarpado de la Sierra Sur de Oaxaca, a seis horas de la capital oaxaqueña de las cuales casi tres son de terracería.
La decisión fue motivada por el comité de madres de familia y consensado por los seis maestros de la Primaria Gustavo Díaz Ordaz.
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“Los maestros que estamos, somos de la región, somos gente que nos conocemos y desde marzo del año pasado no tuvimos ningún caso de Covid, por lo tanto seguimos en semáforo verde y ellos, con toda la responsabilidad de decir: ‘sale que inicie, nosotros vamos a ser responsables también en lo que ustedes digan’, pues hicimos los acuerdos, firmamos las actas donde se tienen que llevar todos los protocolos, aunque sabemos que no estamos contagiados, que sirva como un proceso de aprendizaje de los niños si mañana o pasado llega este tipo de contagio y saber cómo poder combatir esto”, explicó Abel Cruz, maestro de Quiavijolo
De acuerdo con representantes de madres de familia era imposible seguir tratando de enseñar a sus hijos en casa, debido a que más de 80 por ciento de ellas no tiene concluida la primaria.
“Como acá estoy viendo que todos mis paisanos tienen ganas de hablar español, las madres no saben nada de eso, por eso están contentas que empiecen las clases, casi dos años que no hay clases y lo niños nomas están ahí jugando y no hacen nada también, porque no hay clases”, dijo Rosa Hernández, integrante del Comité de Padres y Madres de Familia.
Y al final, el regreso se acordó el 5 de abril y hasta la fecha las clases se imparten de manera ininterrumpida para beneficio de la niñez que estaba empezando a olvidar la escuela.
Pero todo fue distinto, antes de entrar, la toma de distancia volvió a recuperar su sentido, pasan de uno a uno a la revisión que comienza en el filtro donde se supervisa el uso correcto de cubrebocas, la aplicación de gel, la toma de temperatura y el lavado de manos.
Aunque no hay casos positivos de Covid-19, los niños de Quiavijolo ya saben ahora cómo será su nueva normalidad.
Yo iba al campo a trabajar con mis padres y ya que empezaron las clases ya terminamos; y ahora ya no tengo que hacer nada, solo tengo que aprender, echarle ganas pues, como dicen, hay Covid y nosotros nos ponemos cubrebocas, porque no hay contagios acá y nos ponemos gel antibacterial”, comentó una alumna.
La primaria Díaz Ordaz trabaja bajo el programa Identifica, Mapea, Propone y Actúa (IMPACT), que a través de recursos tecnológicos como iPads adapta a su entorno el programa oficial de estudios.