En un comunicado conjunto, mostraron además su preocupación por las crecientes denuncias de violencia sexual en Ucrania. “Nuestro mensaje es claro: es hora de ir más allá de los enfoques reactivos y abordar las causas subyacentes y los impulsores invisibles de la violencia sexual, como la discriminación, la desigualdad y la exclusión basadas en el género, así como las normas sociales dañinas relacionadas con el honor, la vergüenza y la culpa a las víctimas”, señala el comunicado.
La UE y la ONU se mostraron “profundamente conmocionados por el impacto de la guerra en Ucrania en la vida de los civiles y profundamente preocupados por los desgarradores testimonios personales y las crecientes denuncias de violencia sexual”. Condenaron esos crímenes, pidieron “el fin inmediato de la violencia” y recordaron que las guerras y los desplazamientos masivos “aumentan los riesgos de todas las formas de violencia sexual, así como la trata de personas con fines de explotación sexual”, en particular de mujeres y niñas.
Por otro lado, indicaron que en el último año se ha visto “una mayor militarización, incluida una epidemia de golpes de Estado y tomas de poder militares, desde Afganistán hasta Guinea, Malí, Myanmar y otros lugares, que han hecho retroceder el reloj de los derechos para las mujeres”.
La UE y la ONU denunciaron los “niveles alarmantes de violencia sexual relacionada con los conflictos que se utiliza como táctica de guerra y terror, una herramienta de represión política y una forma de intimidación y represalia contra los actores y activistas de primera línea”.
Víctimas y sobrevivientes son “titulares de derechos”
“Es fundamental fomentar un entorno de protección que disuada y prevenga la violencia sexual en primera instancia y permita una denuncia segura y una respuesta adecuada. La prevención es la mejor forma de protección”, señalaron.
Consideraron también “imperativo” fomentar la resiliencia de las personas y las comunidades en riesgo y colaborar con actores estatales y no estatales para garantizar el cumplimiento de las normas y estándares internacionales.
“Se necesita con urgencia una acción específica para mejorar la prevención, a través de compromisos políticos y diplomáticos para abordar la violencia sexual en los acuerdos de alto el fuego y de paz”, indicaron. También enfatizaron en la necesidad de “apoyar a los sobrevivientes y poner fin a la impunidad de los responsables” y asegurar que el derecho internacional “no sea una promesa vacía”.
“El enjuiciamiento puede ayudar a convertir la cultura centenaria de impunidad para estos crímenes en una cultura de disuasión” indicaron la UE y la ONU y concluyeron que los sobrevivientes “deben ser vistos por sus sociedades como titulares de derechos, que deben ser respetados y exigidos, en tiempos de guerra y de paz”.