En 1992, el escritor y filósofo italiano Umberto Eco publicó “La Máquina de Fango”, un ensayo que analiza la manipulación de la información y la opinión pública a través de los medios masivos de comunicación. Eco destaca cómo los actores políticos pueden utilizar este instrumento para influir en la opinión pública y consumar sus objetivos, desacreditando a sus oponentes, creando un clima de miedo o justificando decisiones políticas.
En el contexto actual, Octavio Romero Oropeza, ex director de Pemex y actual director del Infonavit, ha revelado fraudes e irregularidades en el Instituto, involucrando a empleados, notarios, despachos, integrantes del Poder Judicial, compañías y peritos valuadores. Esta revelación no es casual, sino una justificación para la reforma a la Ley de Infonavit, que podría permitir al gobierno de Claudia Sheinbaum acceder a los 2.4 billones de pesos en las arcas del Infonavit, fruto de las aportaciones de los trabajadores.
Los oficialistas niegan estas acusaciones, pero los cambios en la gobernanza del Instituto representan un riesgo para un uso discrecional de los recursos. El sector laboral del Infonavit ya ha expresado su preocupación, acusando que solo se les deja una presencia testimonial.
¿Cómo creer en un movimiento acostumbrado a manipular los hechos? Ya secaron los fondos de estabilización heredados por pasados gobiernos, en su administración el expresidente Andrés Manuel López Obrador aumentó la deuda pública en un 61.92 por ciento. Así, es lógico pensar que la intención de este cambio a la ley es tomar por asalto sustanciosos dineros del Infonavit.