Al término del temblor que azotó esta mañana en el territorio oaxaqueño, en el aeropuerto no hubo personas con crisis nerviosas como en otras ocasiones. Empleados de las distintas áreas y viajeros que acababan de aterrizar en el avión procedente de la ciudad de México, salieron de la sala de espera, por la ruta de evacuación y esperaron por más de diez minutos en el estacionamiento del aeropuerto, no hubo empujones, llantos, ni gritos.
Los pasajeros expresaban que habían sentido fuerte el temblor.
Luego del movimiento telúrico llegó la calma y los viajeros que tenían que viajar a la ciudad de México ingresaron a la terminal para abordar la aeronave. Otros viajeros esperaron el transporte terrestre para llegar a los hoteles y casas de huéspedes.
En la terminal aérea quedó demostrado que ha valido la pena, la planeación de diversos simulacros, pues en esta ocasión hubo orden al salir e ingresar a la sala de espera.