“Es un propósito nacional unir a los colombianos”, dijo el electo presidente Gustavo Petro (2022-2026). La tarea es titánica: las heridas se cuentan en 200 años de discriminación de la Colombia negra, la indígena y la de los más pobres; 70 años de conflicto armado y 20 años de uribismo han dejado a 50 millones de colombianos llenos de miedos, odios, lutos e incertidumbres. Y la pandemia elevó a 20 millones la cifra de colombianos con hambre.
No en vano, el electo presidente propuso un “gran acuerdo nacional” para no profundizar las divisiones.
Pero Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, tendrá aún que convencer a los millones presa de las campañas de odio y estigmatización. La repulsión hacia su persona y su proyecto de cambio social y económico ha sido tal, que les ha impedido comprender que Colombia no puede convertirse ni se convertirá en una segunda Venezuela, porque no es la idea de Petro y porque ni el Congreso, ni la Corte Constitucional, ni las Fuerzas Armadas lo permitirían.
Hoy es dia de fiesta para el pueblo. Que festeje la primera victoria popular. Que tantos sufrimientos se amortiguen en la alegria que hoy inunda el corazon de la Patria.
Esta victoria para Dios y para el Pueblo y su historia. Hoy es el dia de las calles y las plazas.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 19, 2022
Un voto por la Constitución de 1991
Quienes votaron por Petro, votaron porque la Constitución de 1991 se cumpla a cabalidad. Eso es lo mismo que esperan quienes votaron por su contendor, Rodolfo Hernández, a quien ahora le corresponde un escaño en el Congreso.
Hernández, que hacía reir en TikTok, en la vida real hacía atragantar a muchos ante la probabilidad real de su victoria. No pocos temían una verdadera involución. Su desprecio por las vías democráticas hizo ver a Gustavo Petro como el garante de la institucionalidad.
Loable fue su reconocimiento de la derrota y su oferta de “apoyo para cumplir con las promesas de cambio por las que Colombia votó”.
Llamé a Gustavo para felicitarlo por el triunfo y ofrecerle mi apoyo para cumplir con las promesas de cambio por las que Colombia votó hoy. Colombia siempre va a contar conmigo.
— Ing Rodolfo Hernandez 🇨🇴! (@ingrodolfohdez) June 19, 2022
En tiempos en los que algunos políticos delinquen en el Congreso, en los ministerios y alcaldías, y luego enredan y atacan a los entes que los investigan, nunca estuvieron las instituciones democráticas tan firmes como ahora. Es increíble; pero, en Colombia, una realidad. Tranquilizante, por demás.
Una afrocolombiana y líderesa social al poder
Todo esto ha permitido una elección civilizada, aunque la campaña electoral haya sido la más sucia de todas. También el Pacto Histórico de Petro usó el descrédito y la estigmatización contra sus contendores. Hay mucho tejido social por resarcir.
Esta es una revolución democrática, una como aquella en la que el mismo Gustavo Petro creyó hace 30 años, cuando se desmovilizó del M-19. Era ahora o nunca, decían algunos. La promesa de rescatar a millones de jóvenes sin educación ni perspectivas es la gran apuesta. El hecho de que tras las protestas de 2021 por una beca de estudio y trabajo quedaran personas violadas, sin ojos, o que nunca regresaran a casa, es una de las cosas inadmisibles de la Colombia violenta que hay que extirpar.
El triunfo de hoy es un mandato histórico para transformar Colombia 🇨🇴. Vamos por la dignidad, por la justicia social y ambiental, por nuestra libertad. Recibimos un compromiso de integridad y transparencia. Un mandato por la vida. Es #LaNuevaHistoria en #ElGobiernoDeVivirSabroso pic.twitter.com/HajSdEJpMx
— Francia Márquez Mina (@FranciaMarquezM) June 20, 2022
Esta es nada menos que una revolución democrática porque llega además a la vicepresidencia la ambientalista Francia Márquez, lideresa de las luchas de los afrocolombianos y los líderes comunitarios, los asesinados y los que han sobrevivido a la matanza sin fin en Colombia.
Gustavo Petro llegó vivo hasta su elección. Eso se cuenta como otra victoria en Colombia.