¿Eres de las personas que se gasta la quincena en tres días? ¿Ya debes el aguinaldo y hasta la prima vacacional porque pides prestado cuando tienes una emergencia y ningún ahorro? La educación financiera es un dolor de cabeza; sin embargo, es importante tener un panorama claro sobre tus ingresos, egresos y otros conceptos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sólo 40 por ciento de los mexicanos lleva un registro claro de sus finanzas personales. Además, 45 por ciento de los adultos del país gasta más de lo que gana cada mes; y, por si fuera poco, 25 por ciento de la población cuenta con algún tipo de educación financiera formal.
“En México, y América Latina en general, hay un grave problema de educación financiera. La consecuencia de esto es que la población cuenta con productos y servicios financieros altamente eficientes y que pueden mejorar significativamente su calidad de vida, pero al no conocerlos no pueden a acceder a ellos o aprovecharlos al máximo”, explica Moisés Márquez, líder de Datos y Modelos de Rocket.la.
Para aplicar la educación financiera, primero es importante hablar de una serie de conceptos para generar bases sólidas, comprenderlos y llevarlos a la práctica.
5 conceptos para entender el manejo de las finanzas personales
- CAT. Se refiere al Costo Anual Total de la deuda que se adquiere con un banco. Por lo tanto, si estás por adquirir una tarjeta de crédito, debes tomar en cuenta tu capacidad presupuestaria.
- Tasas de interés. Es el costo relacionado con un crédito u obligación financiera. Por lo general están anualizadas: una tasa de 60 por ciento entre los 12 meses del año, da un 5 por ciento mensual. El Banco de México (Banxico) cuenta con una calculadora del Costo Anual Total (CAT) para líneas de crédito revolvente o asociadas a tarjeta de crédito, se puede consultar en este aquí. La tasa de interés es muy relevante si el usuario necesita su tarjeta de crédito para financiar productos o servicios.
- Crédito. Es el financiamiento que obtiene una persona o empresa. Se trata de un monto que se compromete a pagar en determinado plazo y bajo ciertas condiciones que la entidad prestamista establece.
- Gastos fijos. Además de los pagos clásicos como la renta, la luz, el gas, el internet, el agua, hay que considerar cuáles son los gastos fijos ‘básicos’, es decir, aquellos que no recortaste. Dependiendo de la persona o la familia, se agregan otros pagos como el gimnasio, cuentas de streaming. La idea es que se debe contemplar, junto con el ingreso mensual, la cantidad de gastos que se llevarán a cabo cada mes sí o sí.
- Presupuesto. Es planear de manera constante (mes con mes) y a futuro (las vacaciones de verano), por ejemplo), cómo se encuentran los niveles de ingresos y gastos de una persona o familia. Aquí se pueden añadir ciertos rubros que salgan de los gastos fijos y que permitan la espontaneidad o algún imprevisto.