Me cuentan que viajar en camión urbano en la zona metropolitana de Oaxaca es, por lo menos, una aventura. Los autobuses, salvo honrosas excepciones, son ataúdes ambulantes conducidos por pilotos temerarios. No sé si las autoridades han urgido o, al menos, explicado a los concesionarios la conveniencia de capacitar a sus conductores. Incumplen sus rutas, manejan como si el diablo los llevara, y los adultos mayores casi tienen que saltar por los aires ante la impaciencia de los conductores, quienes imaginan que sus unidades tienen un doble piso oculto en la parte de enmedio. Además, su prepotencia y bravuconería son legendarias. Ojalá el próximo reordenamiento del transporte público de pasajeros anunciado por la SEMOVI elimine la figura del nefasto “hombre-camión” y, en su lugar, los oaxaqueños tengamos un servicio moderno y humanizado.
P.D. Los espero todos los días, de lunes a viernes, de 12 a 13 horas en Stereo 106.1 FM, en “Estado Actual Versión Radio”.