- A nuestro juicio, los “chaqueteros” son resultado del grave proceso de descomposición ética que ha provocado la pérdida de los principios, valores y, sobre todo, convicciones personales de dirigentes y militantes.
- La opción de solución para rescatar, fortalecer y consolidar el régimen de Partidos en México y transitar hacia gobiernos de coalición, es la participación activa y permanente de la sociedad civil organizada.
Tránsfugas, saltimbanquis, chaqueteros, que anteponen sus intereses, personales, familiares, grupales y facciosos, escandalizan a las buenas conciencias y a los políticamente correctos.
Estos últimos olvidan de manera convenenciera que al final de cuentas en mayor o menor medida son corresponsables de los abusos y excesos de los dirigentes nacionales y locales de los Partidos.
Este fenómeno político es solo una cabeza de la hidra de la prostitución que pudre a la partidocracia por la escandalosa corrupción de las mafias familiares cupulares que asaltaron los partidos.
A nuestro juicio, es resultado del grave proceso de descomposición ética que ha provocado la pérdida de los principios, valores y, sobre todo, convicciones personales de dirigentes y militantes.
Con el optimismo del realista informado, más que preocuparnos que ello ocurra, debemos ocuparnos en convertir la crisis de los Partidos Políticos en oportunidad de crecimiento y desarrollo.
Y la opción de solución para rescatar, fortalecer y consolidar el régimen de Partidos en México hacia gobiernos de coalición, es la participación activa y permanente de la sociedad civil organizada.
Nutrida por la libertad de expresión y manifestación, la ciudadanía de a pie está llamada a convertirse en contrapeso y equilibrio real de la actuación de los Tres Poderes constitucionales.
De esta manera, no solo se fortalecerá la división de poderes, sino que se abrirá la gran ventana de oportunidades para impulsar la gran reforma de Estado que urge a México en las últimas décadas.
El objetivo fundamental de esta refundación del Estado y Gobierno mexicanos debe aterrizar en un régimen semiparlamentario que fortalezca la democracia, la libertad y la justicia social.
Con todo, y sus desmedidas ambiciones, protagonismos y soberbia, a los dirigentes del PAN, PRI y PRD, no les ha quedado otra para sobrevivir que entender que su tabla de salvación es la sociedad civil.
Se ha transitado de las dos grandes marchas de la Marea Rosa en Defensa de la Democracia y del INE y en Defensa de la Suprema Corte en la alianza Va por México al Frente Amplio por México.
Marko Cortés, Alito Moreno y Jesús Zambrano registraron ante el Instituto Nacional Electoral la coalición Fuerza y Corazón por México con Xóchitl Gálvez, que disputará la Presidencia y 253 diputaciones federales.
Sin embargo, ahora, el verdadero gran reto es mantener la unidad de la alianza a toda costa y abrir las candidaturas a los ciudadanos de la sociedad civil con perfiles realmente competitivos.
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