Oaxaca de Juárez, Oaxaca. – La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), ordenó la colocación de espectaculares en las entradas y salidas de la entidad, con el rostro del quinto implicado en el ataque con ácido en contra de la saxofonista María Elena Ríos, se trata del hijo del empresario y ex diputado Juan Vera Carrizal, Juan Vera Hernández, por quien se ofrece una recompensa de un millón de pesos para lograr su captura.
Los espectaculares están ubicados en la carretera panamericana, en la avenida ferrocarril y en la carretera internacional, además de en una pantalla electrónica que tiene la fachada del estadio de Beisbol “José Vasconcelos”, para alertar y pedir a la ciudadanía su ayuda y localizar al implicado, quien se encuentra prófugo de la justicia y se desconoce de su paradero.
El titular de la fiscalía general Arturo Peimbert Calvo, dijo que se podrían extender la colocación de este tipo de espectaculares a otras regiones del estado, incluso en la zona de Puebla, donde se advierte se encuentra refugiado el indiciado.
Informó que la campaña desplegada, busca que no haya impunidad para los responsables de cometer el ataque a la saxofonista María Elena Ríos.
En Oaxaca, esta nueva forma de exigir justicia a través de espectaculares ha representado un modelo exitoso, ahora hasta las propias instituciones de justicia lo utilizan para reclamar recompensas o pedir el apoyo de la sociedad para evitar que delincuentes sentenciados obtengan impunidad por delitos cometidos.
El primer caso emblemático donde se utilizaron espectaculares para presionar a la fiscalía a que actuara, fue el del niño Edward, quien murió por una negligencia médica reportada en un hospital privado.
Posteriormente, las organizaciones feministas utilizaron el esquema para exhibir a los feminicidas.
En el caso de la saxofonista María Elena Ríos, se pudo capturar mediante a este modelo al principal implicado en ordenar su ataque con ácido, al ex diputado Juan Vera Carrizal, quien ya se encuentra vinculado a proceso junto con sus cómplices y están a la espera de su sentencia condenatoria.