Los retrasos anunciados en el suministro de vacunas contra el Covid-19 han disparado las tensiones entre AstraZeneca y la Unión Europea hasta niveles preocupantes. Las explicaciones dadas hasta ahora por la empresa no han satisfecho a la Comisión Europea que ha pedido a la farmacéutica británica que haga público el contrato confidencial firmado con la UE, para el suministro de 300 millones de dosis del antídoto más 100 millones adicionales, y que todavía debe recibir la autorización condicional de comercialización de manos de la Agencia Europea del Medicamento a finales de semana.
La empresa anunció el pasado viernes por sorpresa una reducción en el suministro de vacunas del 60% por problemas de producción en la fábrica de Bélgica. En vez de los 80 millones de dosis acordados por contrato y a distribuir durante el primer trimestre del año solo entregará 31 millones. Un anunció que desató inmediatamente el enfado y la indignación entre los gobiernos europeos, por las repercusiones que tendrá en las campañas de vacunación de los Veintisiete en plena tercera ola de la pandemia, y también en el Ejecutivo comunitario, que teme el desvío de las vacunas financiadas con fondos europeos hacia terceros países,.
Representantes de la empresa y el comité director de la estrategia de vacunación europea, en el que participa la Comisión Europea y los Estados miembros, mantuvieron dos encuentros de emergencia el pasado lunes para tratar de buscar posibles soluciones. Ambos fueron infructuosos. A media mañana, sin embargo, fuentes comunitarias, filtraban que AstraZeneca había cancelado su participación en el encuentro lo que confirmaba poco después una portavoz del Ejecutivo comunitario. “Representantes de AstraZeneca nos han informado esta mañana de que su participación no está confirmada”. Casi al mismo tiempo, sin embargo, la empresa confirmaba su participación en la reunión de este miércoles.
Un cruce de anuncios que coincide con la publicación este miércoles de una entrevista por varios medios europeos con el consejero delegado de la farmacéutica, Pascal Soriot, en la que niega haber revendido vacunas destinadas a la UE y rechaza las alegaciones de Bruselas de incumplimiento del contrato. “Sugerir que vendemos a otros países para ganar más dinero no es justo porque no hacemos beneficio de ninguna forma. Es el acuerdo que tenemos con la Universidad de Oxford. Es sin ánimo de lucro”, asegura en una entrevista en la que también explica que los retrasos se deben a problemas de rendimiento en la planta belga. ”
“No es un compromiso contractual”
Un argumento que en Bruselas no compran. “Nos han dicho que había un problema de rendimiento en una de las plantas. Pero tenemos otras. Su historia es inconsistente. Hemos tenido muchas versiones del problema. Incluso hemos tenido diferentes versiones de los miembros del equipo de AstraZeneca. Algunos incluso diciéndonos que las cantidades fueron enviadas. Después esa explicación desapareció. La cuestión es que no tenemos claridad sobre lo que va a pasar. Qué van a hacer para resolver el problema, qué plantas van a utilizar para cumplir el contrato”, advierten fuentes del Ejecutivo comunitario al tanto del contenido del contrato.
Con información de El periódico